38 toneladas de almejas contaminadas son retiradas del mercado por la Guardia Civil

Eran extraídas ilegalmente en el estuario del Tajo en Portugal, una zona contaminada en la que está prohibido faenar
Se trasladaban en camiones hasta viveros de Cantabria y Huelva en los que pasaban por un proceso de depuración
El destino final de estos bivalvos eran mercados y restaurantes
Más de 38 toneladas de almejas japónicas han sido retiradas del mercado por la Guardia Civil. Se encontraban en guarderías clandestinas de Huelva y de Cantabria, donde se almacenaban para ser comercializadas.
Los bivalvos procedían del marisqueo furtivo en Portugal. Después eran trasladados a España siguiendo dos rutas de entrada y tenían como destino final mercados y restaurantes, que desconocían el origen.
En España se comercializan tres tipos de almeja: la fina, la babosa y la japónica. Esta última es la que tiene un precio inferior. Se caracteriza por tener unas líneas radiales y concéntricas más marcadas que la almeja fina y forman una cuadrícula. La concha de la almeja japónica es de color gris y beige. No es autóctona de Galicia, pero su rápido crecimiento ha hecho que su cultivo esté muy extendido en esta comunidad, donde se realizan controles muy rigurosos de forma periódica.

Intoxicados en restaurantes
27 personas se intoxicaron el año pasado en distintos restaurantes de Cantabria y de Asturias. Habían consumido almejas contaminadas. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA) abrió una investigación y rápido encontró la conexión con una red que se dedicaba a introducir los bivalvos en España.
Los agentes realizan controles continuos en carreteras y en viveros dedicados a la producción de estos moluscos. Ya habían detectado que muchas almejas que se importaban procedían del río Sado, en Portugal -según indicaba el etiquetado-. La producción en el país luso es muy baja y se encuentra muy controlada, por eso pidieron colaboración a la Autoridade pela Segurança Alimentaria e Economica (ASAE).
Depuraban las almejas intoxicadas
Así descubrieron que estas almejas japónicas se recogían en el estuario del Tajo, en el país luso. Una zona de costa muy contaminada, en la que está prohibido faenar. Lo hacían grupos de furtivos dedicados a la recolección, compuestos principalmente por ciudadanos de Europa del Este con escasos recursos económicos y llevaban más de un año con esta práctica ilegal.
Las almejas eran trasladadas después hasta España en camiones, siguiendo dos rutas: Huelva y Cantabria. En estas guarderías eran sometidas a un breve tratamiento de depuración mediante circulación de agua limpia pero las bacterias no eran eliminadas.
Los bivalvos intoxicados se mezclaban con la almeja adquirida legalmente para hacer perder su trazabilidad. De este modo, todas se comercializaban juntas bajo un mismo etiquetado, utilizando documentación falsa de estuarios portugueses y se distribuían a través de empresas vinculadas a la venta de moluscos y la hostelería.
En octubre de 2019 la Guardia Civil frustró el último envío que esta organización criminal trató de introducir en España. Aprehendieron 2,5 toneladas de almeja japónica en suelo luso y comprobaron que estaban intoxicadas.
Empresas encadenadas
11 empresas estaban involucradas en esta organización ilegal. En la operación, denominada 'Txuspas', 43 personas han sido detenidas, entre ellas 39 españoles y 4 portugueses. Los investigadores realizaron vigilancias y seguimientos durante meses hasta identificar a los principales dirigentes y transportistas y han podido demostrar cómo se realizaban las entregas, los cobros de dinero y verificar tanto la falta de asentamiento como de trazabilidad de la mercancía.
Se les imputan delitos contra la salud pública y falsedad documental. Se calcula que podrían haberse beneficiado con más de nueve millones de euros anuales, una actividad muy rentable. Los agentes del Instituto Armado han realizado 6 registros y 7 inspecciones, en los que han podido intervenir 80.000 euros en metálico.