Torres Baena, el mayor depredador sexual de menores de España, saldrá por primera vez de la cárcel el 14 de mayo


Fue condenado a 302 años por el caso Kárate: 35 delitos de abuso sexual y 13 de corrupción de menores
Sus víctimas ya han sido avisadas de que saldrá de prisión sin ninguna vigilancia
El juez había denegado las solicitudes anteriores y había pedido un informe sobre su situación psíquica actual y la posible reincidencia
Fernando Torres Baena era un karateca de reconocido prestigio internacional. El 15 de marzo de 2013 fue condenado a 302 años de cárcel por el llamado caso Kárate, la mayor pena dictada en España hasta el momento para un pederasta. Era dueño de una escuela de artes marciales en Gran Canaria, que sus víctimas describieron como 'el gimnasio de los horrores'. El maestro utilizaba técnicas propias de las sectas. Su palabra era indiscutible. Ejercía una jerarquía férrea. La sentencia recoge 35 delitos de abuso sexual y 13 de corrupción de menores, aunque llegaron a testificar 61 niños. El hombre entonces presumía de haberse acostado con más de un centenar de alumnos, 'los elegidos'.
Ya han pasado 13 años desde que este depredador sexual entró en prisión. El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Las Palmas le ha concedido ahora su primer permiso de salida de tres días de duración. Según ha podido saber NIUS, será entre el 14 y 17 de mayo.
Su letrado, Ángel Luis Calonge asegura que "es un preso de larga duración y como todos esos internos que llevan mucho tiempo sin salir a la calle tienen sus propios problemas”. Aunque recalca que este tipo de permisos forman parte de los tratamientos de reinserción y deben tratarse con total normalidad, con el fin de que estas personas acaben rehabilitándose.
Hasta ahora le habían denegado todas las solicitudes que había hecho. Los permisos de salida pueden obtenerse a partir del cumplimiento de la cuarta parte de la condena. El máximo tiempo que la ley contempla dentro de una cárcel sin salir son 20 años y él ya ha pasado más de la mitad. Pero el juez de vigilancia había solicitado que un perito forense evaluase su situación psíquica actual y el riesgo de reincidencia.
Los informes del fiscal y de la médico forense del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas han resultado favorables y el juez se lo ha concedido aunque la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario no está a favor de esta resolución. Los profesionales consideran que aún no hay garantías de su reinserción y que no debe ser beneficiario de un permiso de este tipo.
Sus víctimas ya han sido avisadas. Este diario ha hablado con su abogado José María Palomino, que prefiere no hacer declaraciones ante los medios al respecto. Es un derecho para los perjudicados u ofendidos conocer estas resoluciones, atendiendo a la Ley de Enjuiciamiento Criminal de Ayuda y Asistencia a las Víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual.
La administración penitenciaria debe comunicar inmediatamente la resolución adoptada a la autoridad judicial para que se lo notifique a las víctimas y que estas a través de su letrado puedan tramitar la reclamación si no están conformes. Sufrieron síndrome de estrés postraumático y graves secuelas, que difícilmente podrán borrar de su memoria. Ahora intentan pasar página.
Informe favorable
En los años que lleva en prisión, Torres Baena ha estudiado Derecho y se ha sacado el Grado en Antropología Social y Cultural de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Está dentro de los Ficheros de Internos de Especial Seguimiento (FIES) y en noviembre de 2021 comenzó en el Programa para el Control de la Agresión Sexual (PCAS) -fundamental para conseguir estos permisos-. Por eso, el informe señala: "esto nos permite concluir que se han modificado positivamente los factores criminológicos, circunstancias éstas que, valoradas conjuntamente, no suponen un riesgo evidente de comisión de nuevos delitos". Aún así, aún no ha terminado el programa.
Su comportamiento con los funcionarios siempre ha sido correcto y nunca ha tenido incidentes con otros reos. Según ha podido saber NIUS, durante el tiempo que estuvo en prisión provisional permaneció en la prisión del Salto del Negro. Nada más ingresar le mantuvieron separado del resto de los reclusos para preservar su seguridad aunque es séptimo dan de cinturón negro de kárate, por lo que pronto le cambiaron a un módulo de respeto.
"Es muy inteligente y muy manipulador. Desde el principio se adaptó bien al reglamento penitenciario. Impartía clases de iniciación de kárate y de educación física a los internos del programa de atención integral a enfermos mentales (PAIEM). Cuando le condenaron fue trasladado al centro penitenciario Las Palmas II o Juan Grande, donde ha llegado a convertirse en un interno de confianza. En algunas temporadas ha hecho de 'preso sombra' con internos a los que les aplican el protocolo antisuicidios", cuentan los funcionarios que le han tratado.
Su abogado lamenta que “a día de hoy está muy triste ya que no le han dado ningún trabajo dentro de la prisión, a pesar de que lo ha solicitado en varias ocasiones".
Caso kárate
La "Escuela de Kárate Torres Baena" fue fundada en 1981, cuando estaba considerado uno de los deportistas más destacados en España. Acumulaba varios títulos: campeón nacional en 1979, cinturón negro sexto dan, entrenador nacional, licenciado en Educación Física, doctor en Ciencias del Deporte, presidente de la federación de karate de Gran Canaria y director de I+D de la Federación Española de Kárate. Ha escrito varios libros sobre esta disciplina.
En su gimnasio se formaron algunos campeones del mundo como María José González Peña e Ivonne González Herrera, que también fueron condenadas por su implicación en la trama. La primera mantenía una relación sentimental con el cabecilla, cuando ella tenía solo 20 años y el hombre 53. Las dos mujeres fueron condenadas a 126 años de prisión cada una y ya han alcanzado el tercer grado.
La primera denuncia la presentó la madre de una alumna en el año 2010, aunque llevaba años sufriendo abusos y vejaciones por parte de sus profesores de Kárate, que intentaron desacreditarla. Pero se fueron sumando las denuncias de decenas de alumnos que relataban hechos parecidos. Comenzaban dando charlas sobre el sexo a los alumnos de cinco y seis años. Cuando cumplían los nueve empezaban los abusos.
Organizaban rituales, igual que las sectas. Los alumnos preferidos por el maestro eran los 'elegidos’. Se saludaban con besos en la boca y les hacían creer que las relaciones sexuales eran un método de evolución personal y deportiva. Les ponían películas pornográficas, María José e Ivonne se paseaban desnudas delante de ellos, consumían alcohol y cannabis y desacreditaban a las familias para doblegar su voluntad.
Las dos jóvenes eran profesoras en distintos colegios. Se encargaban de la captación y convencían a los pequeños que consideraban que podían ser del agrado del maestro para que se apuntaran a su escuela. También iniciaban en las prácticas a estos alumnos. Al principio en un altillo que había en el gimnasio para este fin y después en un chalet que el líder tenía en la playa de Vargas. Bajo el pretexto de realizar concentraciones deportivas, organizaban orgías. La norma era “todos con todos y el maestro con todos”, según se recoge en el sumario.
"Nunca he abusado de nadie, ni lo hubiera permitido", decía Torres Baena al comenzar el juicio, negando todos los hechos que le imputaban. Pero durante siete meses y medio tuvo que escuchar a más de medio centenar de alumnos que declararon en su contra. En el último turno de palabra el maestro reconoció su delito y pidió perdón a las víctimas, a las que todavía no ha pagado ni la mínima parte de la indemnización que les correspondía por los daños ocasionados, su responsabilidad civil.
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