Los encarcelados por el crimen de Samuel, bajo control permanente: el principal acusado es el más afectado


Hasta ahora estaban en cuarentena en el módulo de ingresos, dos de ellos compartiendo celda
El joven brasileño se desvincula de la agresión y culpa a un menor de golpear a la víctima con una botella
La Policía analiza las imágenes y ha interrogado a más de una treintena de testigos
Los tres mayores de edad detenidos por el crimen de Samuel Luiz en A Coruña ya han pasado el periodo de cuarentena obligatorio en la cárcel de Teixeiro. Este martes han tenido una revisión médica y después han sido entrevistados por los profesionales del equipo técnico: un educador, un trabajador social y un psicólogo que deben realizar una valoración de cada uno de ellos, con el fin de decidir su módulo de destino.
Era la primera vez que entraban en prisión. Al principio algo asustados pero ahora se encuentran tranquilos. Hablan con su familia por teléfono, en días alternos, según la celda que estén ubicados, hasta ahora en el departamento de ingresos. Pero ahora tendrán que mezclarse con el resto de la población reclusa.
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Diego Montaña Marzoa de 25 años, es el que está más afectado. Fue el que originó la pelea, pensando que la víctima podría haber presenciado una fuerte discusión con su pareja dentro del pub Andén unas horas antes y que le estaba grabando. "O paras de grabar o te mato, maricón" le dijo a Samuel, mientras le propinaba puñetazos, aunque asegura que no fue una agresión homófoba y que no sabía que el chico era homosexual.
Le han aplicado el protocolo de prevención de suicidios. Comparte celda con su amigo Alejandro Freire García, de 21 años, que es el que aparenta estar más entero, como si solo estuviera de paso o fuera a pasar poco tiempo. Los dos son españoles.
El más pequeño de 18 años, es Kaio Amaral Silva Costa, de origen brasileño. Ha permanecido estos días separado del resto, compartiendo celda con otro joven que ingresó en el centro penitenciario el mismo día que ellos. Es bastante altivo, no se le nota ningún signo de arrepentimiento, cuentan a NIUS fuentes cercanas.
Los tres han sido incluidos en el fichero FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento). Deben tener un control especial sobre ellos, con registros en la celda, cacheos e informes diarios sobre su conducta o las actividades que tienen previstas.
La estrategia
La jueza decretó para los tres adultos el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza por un delito de homicidio, sin concretar los cargos que pesan sobre cada uno de ellos todavía. Además detuvieron a tres menores de edad, que permanecen en un centro de internamiento. Uno de ellos ya tenía antecedentes por robos y otro había estado en un centro de Vallecas (Madrid).
Inicialmente se negaron a prestar declaración ante los investigadores. Después han mantenido que la madrugada del 3 de julio habían bebido gran cantidad de alcohol. Los dos españoles han reconocido su implicación en los hechos. Pero Silva Costa se ha desvinculado de lo ocurrido y ha acusado a un menor de edad de haber golpeado a Samuel con una botella de cristal.
Es la estrategia que planea su abogado de la defensa José Ramón Sierra, el único letrado privado que tienen los detenidos. Es el mismo que contrató José Enrique Abuín Gey, 'El Chicle', condenado por el crimen de Diana Quer.
La investigación continúa bajo secreto de sumario. La autopsia ha determinado que Samuel murió por un fuerte traumatismo en la cabeza posiblemente por una patada y que le agarraron por el cuello. La intervención de dos jóvenes senegaleses que ayudaron a Samuel hicieron que Diego se detuviera momentáneamente. Pero solo había ido a buscar refuerzos.
De momento han determinado que 13 personas se vieron implicadas en esta agresión multitudinaria, aunque solo han detenido a seis. La novia de Diego, apodada Keta fue detenida por instigarles para que siguieran golpeando a la víctima. Quedó en libertad con cargos con la obligación de presentarse periódicamente en los juzgados. Según han declarado los empleados del local, la pareja había protagonizado un fuerte altercado aquella noche y les habían expulsado.
El resto podrían quedar imputados por omisión del deber de socorro y encubrimiento. Uno además está procesado por apropiación indebida, ya que consiguió arrebatar el teléfono a Samuel y lo escondió, con el fin de quedárselo. En los registros domiciliarios de los implicados los agentes han intervenido puños americanos y dos martillos rompecristales.
Mientras los investigadores de Policía Judicial de La Coruña siguen analizando las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad y las de los teléfonos móviles de los implicados para ver quién le propinó cada golpe, con qué objetos y en qué zonas. Ya han interrogado a más de una treintena de personas.