En el rostro de Desiré todavía son visibles las marcas de la brutal paliza que recibió de tres menores de 14, 16 y 17 años. El parte médico elaborado tras el tremendo ataque da una dimensión de la violencia con las que se emplearon los agresores. Dos fracturas en el cráneo, una de ellas le ha provocado un coágulo de sangre, rotura del pómulo y de siete huesos del tímpano derecho, que le han dejado sin audición en ese oído, y una lesión en la retina del ojo izquierdo del que tuvo que ser intervenida de urgencia. En total, Desiré ha pasado cinco días ingresada en el Hospital de Elda, aunque necesitará mucho más tiempo para recuperarse de las lesiones físicas, pero sobre todo de las secuelas psicológicas que sufre.
La paliza se produjo el pasado miércoles en la calle de la Leña, en uno de los barrios más pobres y degradados de la localidad de Villena (Alicante), junto al Castillo de la Atalaya. Aunque todo comenzó el día antes, cuando el hijo de Desiré de 21 años llamó la atención a los tres menores cuando intentaban acceder por la fuerza a una vivienda deshabitada del barrio, que pertenece a la hermana de la víctima.
Casa a la que trataron de acceder los menoresNIUS
En principio parecía que todo había quedado ahí, pero al día siguiente los tres menores, armados con palos y piedras, fueron en busca del hijo de la agredida. Al encontrarse con ellos, el joven salió huyendo. Los gritos y las carreras alertaron a Desiré, que al ver lo que estaba sucediendo salió en defensa de su hijo. “Ella empezó a dialogar con los chavales y con sus padres que habían salido también a ver lo que pasaba. Pero uno de los menores, el de 16 años estaba muy nervioso y de repente salió corriendo y empujó a mi hermana tan fuerte que la tiró varios metros hacia atrás y cayó al suelo golpeándose en la cabeza”, relata Ramona, hermana de la agredida.
Desiré junto a su hermana en la calle donde se produjo la agresiónNIUS
Tirada en medio de la calle, semiinconsciente, Desiré trató de ponerse a resguardo, arrastrándose por el suelo, pero fue entonces cuando los tres adolescentes comenzaron a golpearla con palos, piedras y patadas, mientras los familiares de los menores no hacían nada. “Tenía la sensación de que se lo estaban haciendo a otro, era como si estuvieran traqueteando una puerta. De tanto golpe perdí definitivamente la consciencia”, cuenta Desiré.
Según cuenta una testigo, tanto los menores como sus familiares huyeron del lugar. Inmediatamente, varios vecinos acudieron a auxiliar a Desiré y llamaron a la policía y a los servicios de emergencia, que tuvieron que trasladar a la mujer al hospital dada la gravedad de las lesiones.
24 horas después de la agresión, la Guardia Civil detuvo a los tres menores, que fueron puestos en libertad al día siguiente tras declarar ante el juez a la espera de que se celebre el juicio.
La víctima ha presentado una denuncia contra los tres menores por agresión y en los próximos días va a presentar otra denuncia contra los familiares por omisión de socorro. “No entiendo como los padres no hicieron nada para impedir la paliza. Somos vecinos de toda la vida y me duele especialmente por el niño de 14 años, que lo conozco desde que era pequeño”, explica la mujer.
Pero, mientras llega el juicio, Desiré va a tener que superar sus miedos y armarse de valor, ya que seguirá encontrándose, prácticamente a diario, con los tres agresores y sus familiares por las calles del barrio.
