Los vecinos de la nave ‘okupa’ incendiada de Badalona denuncian un campamento ilegal en el mismo solar


Los vecinos denuncian peleas constantes con cuchillos y palos que no les dejan dormir
El ayuntamiento asegura que no puede desahuciarles al ser una propiedad privada
Quince de los okupas habitan en el solar y han rechazado cuatro veces la oferta de ser realojados
Los problemas en el barrio del Gorg de Badalona, donde estaba la nave okupa incendiada el pasado 9 de diciembre, no han terminado a pesar de que la nave ha desaparecido. De hecho, siguen aumentando. Después del incendio, que dejó 4 víctimas mortales y 23 heridos, el ayuntamiento derribó el edificio. Los vecinos llevaban diez años denunciando problemas de insalubridad e inseguridad y se quejaban de que nadie había tomado cartas en el asunto. El Ayuntamiento aseguraba que no podían hacer nada si la propiedad no denunciaba al ser un terreno privado. La propiedad nunca denunció.
Un mes más tarde, los vecinos denuncian que se ha montado un campamento ilegal en el solar donde estaba la nave y que los problemas han aumentado: peleas diarias, acumulación de basura y fogatas para iluminarse que les hace pensar en el peligro de que se repita la tragedia. Muchos piensan en irse del barrio.
Peleas con cuchillos, coches rotos y basura por todas partes
“Estamos cada día peor”, cuenta una de los vecinas afectadas a NIUS, que quiere mantener el anonimato. “Hay un grupo de unas quince personas viviendo a la intemperie, para sobrevivir necesitan hacer fogatas, con el peligro que eso supone: la inhalación de humos tóxicos o que se vuelva a provocar un incendio. El solar se ha convertido en un vertedero, las partes traseras de nuestras casas son donde depositan sus orines y heces. Y si les llamas la atención te insultan, cogen piedras para amenazarte o en el mejor de los casos se mean en tu puerta”, explican desesperados. También amanecen con los cristales o los retrovisores de sus coches rotos.

Los vecinos fotografían la evolución de este campamento desde sus casas. Colchones en el suelo, algunas tiendas de campaña, palés de madera, sillas, mesas y comida. Por la noche, fuego para calentarse. Cuando hace viento, ven preocupados como las brasas vuelan y tienen miedo de que eso acabe provocando un incendio. Desde sus propias ventanas también son testigos de las peleas que tienen lugar prácticamente cada noche, a veces incluso armados con cuchillos y con palos.
La situación se ha vuelto insostenible para muchos de ellos, que se están planteando irse del barrio cuando puedan. “Empezamos a necesitar ayuda psicológica, no descansamos de día ni de noche y eso pasa factura”, explican. “Tenemos que seguir con nuestra vida pero es tan difícil…”.
Los vecinos, al límite: “Mi mujer se va a trabajar sin dormir”
Juan Carlos, que vive desde 2003 al lado de la nave, explica a NIUS que tiene conflictos diarios con los okupas, a los que recrimina que hagan sus necesidades al lado de su jardín, que da a un solar abandonado al lado del de la nave al que también acceden.
“Intento que se aparten de mi casa y te insultan, cogen piedras para amenazarte… Es un sinvivir”, explica preocupado. “Anoche hubo otra pelea con cuchillos, los Mossos se llevaron a uno de ellos que volvió a las tres de la mañana y se reanudaron los gritos. No se puede dormir. Mi mujer se levanta a las cinco de la mañana y muchos días se va al trabajo sin dormir”, cuenta Juan Carlos.
Los acampados se niegan a recibir alojamiento alternativo
Después del incendio los okupas se trasladaron a la Rambla del Gorg de Badalona. Ese era un espacio público y con una resolución judicial, el Ayuntamiento de la ciudad les pudo desahuciar. Fue entonces cuando volvieron al solar de la calle de Guifré, donde se encontraba la nave, una propiedad privada en la que no pueden actuar sin permiso de la propiedad, que sigue sin reaccionar.

El consistorio explica que, si bien la mayoría (en la nave vivían más de cien personas) ha aceptado la ayuda de los servicios sociales, hay quince personas que pernoctan ahí cada día y que se han negado a recibir atención ni un alojamiento alternativo, ofrecido hasta cuatro veces por el consistorio.
Incluso la propia policía fue agredida por los okupas con lanzamiento de piedras y vallas tras asistir a la zona por varias llamadas de vecinos alertando de un conflicto violento.
El equipamiento municipal aun así no tiene competencias para actuar más allá de hacerlo en situaciones de emergencia puntuales. El alcalde Xavier García Albiol ha pedido a la Generalitat un plan de actuación conjunto para poder intervenir en ese solar y en otras naves okupas de la ciudad que sufren el riesgo de acabar en una tragedia similar a la del incendio mortal del mes de diciembre.