Todo un pueblo en cuarentena por la visita de un vecino: "No sé si saludaría a todos, pero a la mayoría seguro"


La visita de un vecino contagiado por coronavirus que vive a medio camino entre Toga (Castellón) e Igualada (Barcelona) ha provocado la cuarentena
El miedo se ha apoderado de una población donde la mayoría supera los 70 años y muchos los 80
El alcalde, unos concejales y dos voluntarios reparten comida y medicamentos por las casas
Toga es un pequeño pueblo del interior de Castellón con poco más de 100 habitantes censados. Aquí todos se conocen y se saludan a diario. Una costumbre de buena educación que se mantiene en los municipios de la España vaciada, pero que en esta ocasión ha puesto en riesgo a toda una población, donde la mayoría superan los 70 años y muchos incluso los 80. "Es una situación muy complicada la que estamos viviendo", asegura María Pilar López, concejala de Toga.
La visita de un hombre residente en Igualada provoca el pánico
Hace unos días, llegó a Toga un hombre nacido en el pueblo, que vive a medio camino entre su localidad natal e Igualada, uno de los focos más activos de coronavirus de toda España. "Cuando vino ya no se encontraba bien, pero dijo que había ido al hospital en Igualada y no le habían dado importancia", relata a NIUS una vecina. Como es habitual, a su llegada al pueblo, este hombre de 73 años, saludó a todos los vecinos con los que se iba encontrando por la calle. "Pues no sé si saludaría a todo el pueblo, pero a la mayoría seguro, porque aquí nos conocemos todos de siempre".
Fue el sábado, cuando la habitual tranquilidad de esta localidad se alteró. Una ambulancia se llevaba de urgencia al hospital a uno de sus habitantes, el vecino que acaba de llegar de Igualada. En minutos, la noticia y la incertidumbre recorrió todas y cada una de las casas del pueblo. Pero el miedo se desató unas horas después, el domingo, cuando llegó la confirmación de que el hombre había dado positivo por coronavirus.
Todo el pueblo en cuarentena
Las calles de Toga no suelen estar muy transitadas , pero estos días están completamente vacías, hasta el punto de que parece un pueblo abandonado. Solo unos pocos, el alcalde, algunos concejales y dos voluntarios, rompen el silencio cuando acuden a todas las viviendas a llevar el pan, alimentos o las medicinas que necesitan muchos de los vecinos, enfermos crónicos debido a su avanzada edad. "La gente no puede salir de las casas y hay que facilitarles todo lo que necesitan", explica la concejala. En estas visitas, les llevan también unas tablas con ejercicios para que se mantengan activos en sus casas. "Queremos evitar que se propague el desánimo a toda costa y los vecinos tienen que estar activos y con la mente ocupada". Sin embargo, el miedo existe entre una población envejecida que no deja de escuchar que "si eres mayor y coges el coronavirus te mueres".
Una psicosis que se traduce en llamadas continuas al médico del pueblo, que por orden de sanidad, ha dejado de visitar las otras tres localidades que tenía asignadas, para atender en exclusiva a los vecinos de Toga. "La gente en cuanto tiene tos o se nota un poco de calentura enseguida llama al consultorio", explica María Pilar, que asegura que, a pesar de la difícil situación que están viviendo, "vamos a salir adelante seguro, porque nos llamamos a diario, estamos muy pendientes de las personas más delicadas y aquí cuidamos todos de todos".