Los termómetros infrarrojos comienzan a agotarse: “Serán las nuevas mascarillas”

Varias empresas que comercializan termómetros infrarrojos para tomar la temperatura a distancia aseguran estar sufriendo falta de stock y problemas para abastecerse
La demanda de este tipo de termómetros se ha incrementado tras la crisis sanitaria del coronavirus
En China, su uso ya se ha extendido para la toma de temperatura de la población antes de acceder a cualquier recinto cerrado
El futuro que dibuja la crisis del coronavirus, a pesar de estar repleto de incertidumbres, deja ver algunas certezas. La primera que se hizo extensiva entre la población fue el uso generalizado de las mascarillas, algo que, tras una accidentada inclusión del producto en nuestro mercado, se ha producido. China fue el espejo en el que mirarnos a la hora de adoptar esas medidas de prevención, y en poco tiempo España ha logrado no plantearse un futuro, al menos cercano, sin mascarillas en la calle. Lo mismo parece suceder ahora, en pleno análisis de las diferentes fases de desescalada del confinamiento, con los termómetros infrarrojos que permiten medir la temperatura corporal a varios metros de distancia. Su uso ya se ha extendido en China, donde la población se somete a tomas de temperatura antes de entrar a cualquier recinto cerrado. En España, grandes y pequeñas empresas comienzan a abastecerse de estos termómetros ante la extensión de un secreto a voces: aquí también serán necesarios.
“En España no existe demasiada oferta de estos termómetros porque eran un producto residual”, confiesa a NIUS Emilio, regente de un comercio de electrónica de Sevilla, Sonicolor, que los comercializa, y reconoce que “ahora todo el mundo nos los está pidiendo y estamos sufriendo desabastecimiento”. Como ocurrió con las mascarillas, España no cuenta con una red industrial que produzca en masa estos aparatos, por lo que las empresas que los venden recurren a su importación: China, Alemania o Estados Unidos son algunos de los proveedores más recurrentes para estos termómetros infrarrojos.

“Nos están llamado desde el sector sanitario y los servidores públicos como policía o bomberos”, reconoce Emilio, “para pedirnos termómetros”. El problema, asegura, es que hay pocos modelos que se ajusten a las necesidades impuestas por el coronavirus.
Emilio: Solo tenemos un modelo con un margen de error mínimo. El resto puede tener un margen de varios grados centígrados, por lo que ya no son válidos
Por todo ello, los termómetros infrarrojos son una tecnología cara y, hasta ahora, residual en su producción, pues estaban destinados mayoritariamente al sector de la electrotermia.
Emilio: Había poco stock y ahora existe gran demanda. Va a ocurrir lo mismo que con las mascarillas, no van a estar disponibles en ningún lugar
En la misma línea apunta Carlos García, comercial de la empresa española Neurtek, dedicada a la comercialización de equipos para el control de calidad. Ellos tienen en su catálogo un modelo de termómetro infrarrojo, que ha pasado de ser residual a muy demandado: “Es un producto que no se vendía casi nada, y ya nos quedan uno o dos en stock nada más”. La previsión de este comercial es que, tanto su empresa como el resto del sector, se verán obligadas a pedir remesas del producto ante la gran demanda.
García: Nos han contactado empresas de todo tipo, desde grandes distribuidoras a PYMES, para pedirnos termómetros infrarrojos
Él también lo tiene claro: la fábrica con la que su empresa trabaja, ubicada en Estados Unidos, pronto tendrá que comenzar a fabricarlos en masa. “Estos termómetros van a ser tan necesarios en nuestra vida como las mascarillas, hay que comenzar a abastecerse ya”, sentencia.