El tiempo de reacción ante un tsunami sería de 45 minutos en las costas de Huelva y Cádiz


El Instituto Geográfico Nacional registró el 1 de julio un terremoto de magnitud 3,9 a 23 km de profundidad, localizado en la costa sur de la isla de El Hierro, que fue sentido en varias poblaciones canarias
No existen protocolos de actuación en España que permitan salvar decenas de miles de vidas
Las costas andaluzas, especialmente entre Ayamonte y Tarifa, serían los que más riesgo tendrían de maremoto
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos emitió el 23 de junio una alerta de tsunami que afectaba a las playas de Guatemala, Honduras, El Salvador y México. Este sistema advirtió que olas de hasta tres metros de alto podrían golpear en cualquier costa a menos de 1.000 kilómetros del epicentro después de producirse en México un fuerte terremoto de magnitud 7,5 con epicentro en Oaxaca (sur) que pudo sentirse al menos en otros seis estados del país. Por fortuna, tras él se sucedieron 147 réplicas sin riesgo de maremomoto.
¿Podría producirse un tsunami en España? La Red Sísmica Nacional registra todos los días movimientos de la tierra en el conjunto del territorio nacional, aunque hasta ahora son prácticamente imperceptibles, pero eso puede cambiar en cualquier momento.
Precisamente, el pasado miércoles, 1 de julio, a las 5:34 (UTC), el Instituto Geográfico Nacional registró un terremoto de magnitud 3,9 a 23 km de profundidad, localizado en la costa sur de la isla de El Hierro, a unos 6 km de la población de La Restinga. No se ha observado en los registros actividad previa ni posterior, por ahora, a la ocurrencia de este suceso.
De las informaciones recibidas de la población, el terremoto fue sentido con intensidad III en La Restinga (El Pinar de El Hierro), Taibique (El Pinar de El Hierro), Isora (Valverde), el Valle de El Golfo (Frontera) y Tigaday (Frontera), con intensidad II-III en las poblaciones de Frontera y Sabinosa (Frontera) y con intensidad II en Las Puntas (Frontera) y en la población tinerfeña de Adeje.
A nivel internacional la RAE define tsunami (del japonés tsu: puerto o bahía, nami: ola) como "Ola gigantesca producida por un maremoto o una erupción volcánica en el fondo del mar". En definitiva, se trata de una ola o serie de olas que se producen en una masa de agua al ser empujada violentamente por una fuerza que la desplaza verticalmente. Un maremoto puede ser provocado por terremotos, volcanes, derrumbes costeros o subterráneos, explosiones de gran magnitud o incluso meteoritos.
Los maremotos pueden ser ocasionados por terremotos locales o por terremotos ocurridos a considerable distancia. De ambos, los primeros son los que producen daños más devastadores debido a que no se cuenta con tiempo suficiente para evacuar la zona (generalmente se producen entre 10 y 20 minutos después del seísmo) y a que el temblor por sí mismo, genera terror y caos entre la población que hacen muy difícil organizar una evacuación ordenada.
Los maremotos ocasionados por sismos locales son más devastadores porque no se cuenta con tiempo suficiente para evacuar la zona (generalmente se producen entre 10 y 20 minutos después del seísmo)
Las costas andaluzas, especialmente entre Ayamonte y Tarifa, serían los que más riesgo de tsunami tendrían. Andalucía se encuentra en medio de una doble falla tectónica que amenaza tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo. Aunque, sin duda, la potencialmente más peligrosa es la que se sitúa en el Golfo de Cádiz. A 400 kilómetros del Cabo de San Vicente hay tambien varias fallas.

Aproximadamente una hora es el tiempo que tarda un tsunami en llegar a la costa. El sistema de alerta del Instituto Geográfico Nacional necesitaría unos 15 minutos en detectar el movimiento sísmico, la localización del epicentro y la magnitud del maremoto y después calcular, con lo cual el tiempo de reacción ante un tsunami en las costa de Huelva y Cádiz sería de 45 minutos, según advierte Jorge Macías Sánchez, profesor titular de la Universidad de Málaga (UMA), matemático y miembro del grupo EDANYA (Ecuaciones Diferenciales, Análisis Numérico y Aplicaciones) de la UMA.
El grupo EDANYA es reconocido a nivel internacional por sus aportaciones al modelado matemático y simulación numérica de tsunamis y líder europeo en la materia. Ha desarrollado el código Tsunami-HySEA un referente mundial en la simulación de tsunamis. De manera continua recibe propuestas para participar en nuevos proyectos.
"A día de hoy, quizás el más importante es el proyecto Europeo ChEESE, en el que estamos desarrollando códigos cada vez más rápidos y eficientes, capaces de utilizar los grandes recursos de supercomputación en Europa (los actuales y los futuros). Los resultados de este proyecto van a suponer un paso adelante en la simulación de tsunamis sin precedentes. Estamos marcando el paso a una nueva era en la gestión de los riesgos naturales apoyándonos en la supercomputación", destaca el especialista.
Olas sucesivas con un efecto destructor
"El poder destructivo de los tsunamis llega cuando se acercan a la costa y reducen la velocidad a la que se propagan estas ondas, pero amplifican su altura. Y al impactar en la costa, en vez de retirarse rápidamente, como hace una ola normal, penetrancomo una gran riada, y lo pueden hacer durante decenas de minutos u incluso durante horas", explica el experto Jorge Macías
"Además -prosigue-, un tsunami no está formado por una única ola, normalmente existen olas sucesivas con, incluso, un mayor poder destructor". Según recuerda, ejemplos recientes de tsunamis están el de hace pocos días en México (generado por un terremoto), el de Palu, Indonesia, en 2018 generado por un terremoto y por deslizamientos submarinos o el de también 2018 de Anak Krakatoa, producido por una erupción volcánica.
"En nuestras retinas y en muestras memorias -señala- están las imágenes de los dos tsunamis más catastróficos de la historia, en 2004 en el Océano Índico (probablemente el mayor desastre en pérdidas humanas que ha sufrido la humanidad) y el de Japón de 2011. Posteriormente, se ha originado maremotos de menores proporciones y que han pasado desapercibidos".
¿Se puede saber cuándo ocurrirá el próximo maremoto?
"Esta es la pregunta del millón, y la respuesta es no", asevera Macías. "Podemos simular los efectos de un tsunami (predecir su impacto) y en muy poco tiempo, pero solo una vez que el tsunami se ha generado. No podemos saber cuándo el próximo tsunami tendrá lugar, porque todos sus mecanismos generadores son esencialmente impredecibles: no sabemos cuando el próximo gran terremoto tendrá lugar (sea bajo el mar o en tierra firme), no sabemos cuando un deslizamiento submarino tendrá lugar o cuando será la erupción de un volcán (aunque esto último si se puede monitorizar). Eso es lo que hace abordar este tipo de desastre natural más difícil y un verdadero desafío científico", recalca.

Precisamente, la Junta de Andalucía trabaja en un borrador que tenga en cuenta el peligro potencial que hay en la vertiente atlántica. La que va desde las costas de Portugal hasta el cabo de Trafalgar, es la que más opciones tendría de sufrir un tsunami. Se trata de una exigencia que un elevado número de expertos lleva años pidiendo. La comunidad andaluza, advierten sismólogos, está en riesgo moderado de sufrir un tsunami.
Para acertar en la actuación, el Gobierno andaluz ha encargado diversos estudios a Copernicus, un proyecto dirigido conjuntamente por la Agencia Espacial Europea (ESA) y por la Unión Europea a través de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que pretende facilitar información relevante a la comunidad científica. De hecho, en la elaboración del plan trabajan también con entidades como el Instituto Geológico y Minero de España. Todo con el fin de prevenir y atajar una posible crisis natural.
El terremoto de Lisboa de 1775
El sismólogo Juan Vicente Cantavella de la Red Sísmica Nacional recuerda que el tsunami más importante que ha afectado a España fue el causado por "el denominado terremoto de Lisboa" de 1755. Este seísmo tuvo lugar el 1 de noviembre con una magnitud estimada de 8,5 y se llamó así porque fue en Lisboa donde ocasionó un mayor número de daños, a pesar de que su epicentro estuvo situado en el Océano Atlántico, varios cientos de metros al suroeste del Cabo de San Vicente (Portugal).

Solo en en Portugal provocó miles de muertos. Las ondas sísmicas causadas por ese terremoto fueron sentidas a través de Europa hasta Finlandia y África del Norte. Maremotos de hasta 20 metros de altura barrieron la costa del Norte de África, y golpearon las islas de Martinica y Barbados, al otro lado del Atlántico. Un maremoto de 3 metros golpeó también la costa meridional inglesa. En España produjo al menos 1.275 muertos y abundantes daños. En Sevilla hubo nueve víctimas, el 89 % de las viviendas resultaron dañadas y afectó incluso a la Giralda.
El posterior maremoto afectó gravemente a las costas de Huelva y Cádiz. En Ayamonte murieron 1.000 personas; en Cádiz las olas rompieron las murallas y el mar invadió la ciudad hasta tres veces, ocasionando numerosas víctimas. Conil fue destruida, Sanlúcar de Barrameda, el Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera sufrieron víctimas y desperfectos.
"Parece que un tsunami de estas características no ha sido un hecho aislado en la historia de nuestras costas. Diversos estudios geológicos han encontrado pruebas de varios tsunamis similares miles de años atrás. Estos, aunque no aparecen en los documentos históricos, han dejado huellas de su paso tanto en las playas y terrenos cercanos al mar como en el fondo oceánico. Posteriormente han ocurrido tsunamis más pequeños que han afectado a la costa del suroeste penisular en los años 1761, 1969 y 1975", explica Juan Vicente Cantavella.
Daños importantes en Baleares en 2003
"Además, -continúa- en el mar Mediterráneo también se han producido tsunamis que han afectado a las costas del sureste peninsular y Baleares. Debido a terremotos ocurridos cerca de la costa argelina y en el mar de Alborán, España ha experimentado pequeños tsunamis con cierta periodicidad. De alguno de ellos, por su antigüedad, no se tienen muchos datos, incluso su existencia pueden ser cuestionable, como los propuestos en los años 1522, 1680, 1790 y 1804. Pero en tiempos más recientes existen evidencias de tsunamis moderados ocurridos en 1856, 1954, 1980 y 2003.
"Probablemente, de todos estos, el que más daños causó en España fue el ocurrido el 21 de mayo de 2003 por un terremoto en la costa argelina de magnitud 6,8 -añade-. Este tsunami alcanzó las Islas Baleares con olas que superaban el metro de altura, produciendo daños importantes en las embarcaciones amarradas a los puertos, especialmente en Mahón. Este evento fue registrado en los mareógrafos de toda la costa española del Mediterráneo".
Canarias
Por otro lado, en las Islas Canarias, existe el peligro de tsunamis con origen volcánico. A pesar de ello, el único caso conocido en la época histórica, en el que podría haberse generado un tsunami de este tipo, fue en la erupción del Volcán de Arenas Negras en Tenerife en 1706. En esta ocasión la lava desprendida por el volcán llegó al puerto de Garachico, ganándole terreno al mar y destruyendo el puerto, y esta pudo ser la causa de una posterior inundación.
Asimismo, se dan en España tsunamis cuyo origen está en fenómenos meteorológicos, también conocidos como meteotsunamis. Este fenómeno, en el que la forma de la costa toma especial relevancia, se ha observado en bahías y puertos de las costas valencianas, catalanas y de las Islas Baleares y se conoce localmente como "rissaga". En concreto, son frecuentes las "rissagas" del Puerto de Ciutadella (Menorca).
Qué hacer en caso de tsunami
Los expertos reclaman que se informe a la población, especialmente de Huelva y Cádiz, dos provincias sin apenas protecciones naturales, y se le enseñe cómo actuar en caso de catástrofe, igual que hacen los japoneses. Nociones básicas como conocer las vías de evacuación, que no hay que coger el coche –se colapsarían las carreteras– ni acudir en busca de los hijos, sino tener establecido con ellos un punto de encuentro posterior, y buscar rápidamente un lugar elevado donde ponerse a salvo.
En ocasiones, el tsunami se produce tan cerca de la costa que no da tiempo siquiera a avisar a la población. Por ello es muy importante que los ciudadanos sepan cómo actuar en ese caso. A este respecto, el Instituto Geográfico da una serie de recomendaciones a la población en caso de tsunami:
- Tenga identificadas las zonas de evacuación accesibles en 15 minutos a pie (las carreteras y puentes pueden estar dañados).
- Diríjase a lo más elevado y tierra adentro posible.
- Aléjese de ríos y estuarios. El mar puede adentrarse por ellos.
- Si es arrastrao por la corriente agárrese a algo que flote en el agua.
- Si está en una embarcación, navegue mar adentro hasta que la profundidad sea superior a 100 metros.
- Suba por encima de una tercera planta o azotea de una construcción sólida. Como último recurso súbase a un árbol.
- Si el terremoto ha afectado a la zona, tengan precaución con los cables y objetos que puedan caer.
- Si ve que el agua se retira, corre en la dirección opuesta. Nada de hacer fotografías ni de acercarse al mar a observar el espectáculo marino.
Plan de Protección Civil
En estos momentos se está avanzando en la lucha contra el riesgo por tsunami en todo el territorio nacional con la creación de un Plan de Protección Civil específico. En 2015 se aprobó el Real Decreto 1053/2015, de 20 de noviembre, por el que se aprueba la directriz básica de planificación de Protección Civil ante el riesgo de maremotos.
Actualmente, se está tramitando la aprobación del Plan Estatal de Protección Civil ante el riesgo de maremotos y, a continuación, deberán elaborarse los planes de las comunidades autónomas con riesgo de tsunami.