Localizan desorientado a un anciano que condujo cinco días desde Inglaterra para ver a su hijo en Altea

Varios testigos intentaron detenerlo al pensar que era un conductor en estado de embriaguez
El hombre, de 82 años, sufre dos minusvalías y viajó durante cinco días para ir a visitar a su hijo en Alicante
Una patrulla de los Mossos d'Esquadra acudieron al pueblo catalán de Fornells de la Selva (Girona) buscando un conductor que circulaba en estado de embriaguez. Lo hicieron después de que varios testimonios dieran el aviso de un Mercedes que viajaba poniendo en riesgo al resto de usuarios de la vía. Sin embargo, los agentes se encontraron algo totalmente diferente: se trataba de un anciano que, desorientado, llevaba cinco días conduciendo desde Inglaterra.
De hecho, viajaba con una minusvalía en la pierna y otra en el brazo. También con la luna delantera rota como resultado de la actuación de los testigos, ya que intentaron detenerlo después de que el hombre, de 82 años, dejara atravesado el coche durante unos instantes en la C-25. Acto seguido, siguió conduciendo y accedió a la plaza central de Fornells, delimitada por pilonas y exclusiva para peatones, en la que sus perseguidores consiguieron detenerlo.
Los hechos tuvieron lugar la noche del 1 de agosto y, tras la llegada de la policía catalana, los agentes de tráfico le practicaron la prueba de alcoholemia (cuyo resultado fue 0,0). Al constatar que realmente se trataba de un anciano totalmente desorientado, le ayudaron a gestionar con el seguro la reparación del vehículo. También encontraron un hotel para que pasara la noche allí hasta volver a tener el coche en condiciones para proseguir con la marcha.
Según fuentes de la policía catalana, las dos minusvalías que sufre no le imposibilitan conducir y su permiso de circulación sigue en vigencia.
Viajaba a Alicante para visitar a su hijo
En Fornells, el anciano explicó a las autoridades que llevaba conduciendo desde el lunes 27 y que su destino aún quedaba lejos. Concretamente, a 600 kilómetros, puesto que conducía para llegar hasta Altea, a cinco horas y media de camino.
De hecho, el motivo del viaje desde Inglaterra era visitar a su hijo, que reside en dicha ciudad alicantina.
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