La historia de Pedro: el operario de la M- 30 atropellado mortalmente en Madrid

Pedro tenía 52 años. Su muerte ha conmocionado a sus familiares, amigos y compañeros, que no podían esperar una tragedia así en estos momentos. Este miércoles por la tarde salió de casa para ir a trabajar. Era uno de los 200 operarios contratados por la Empresa Municipal Madrid Calle 30.

Se encargaba de las tareas de mantenimiento de la autovía de circunvalación de la capital. Estaba limpiando la calzada después de que se produjese un accidente cuando un coche se lo llevó por delante. Falleció poco después. Era padre de dos hijos adolescentes. Separado desde hace dos años, residía en casa de Araceli, su madre, con un hermano y su sobrino Félix, en Alcalá de Henares.  

Madrileño, con raíces extremeñas, sus allegados le definen como" un buen hombre, muy trabajador, pura simpatía, con la mente muy abierta; contagiaba alegría y aunque estuviera mal no se le notaba. Su muerte ha sido un golpe muy duro", lamentan.

Su hermano, su exmujer y sus hijos han acudido al cementerio para darle un último adiós. Nadie más ha podido, porque el Real Decreto prohibie que asistan más de cuatro personas. Mientras Araceli está destrozada, confinada en su casa: su marido también trabajaba en la carretera y falleció en circunstancias parecidas. 

Un accidente mortal

Eran las siete y media de la tarde cuando Pedro recibió un aviso: se había producido un accidente leve entre un vehículo y una furgoneta, a la altura del kilómetro 31 de la M-30. Apenas había tráfico y llegaron en pocos minutos. Agentes de la Policía Municipal ya habían señalizado el siniestro y delimitado la calzada con conos. 

Un compañero de Pedro nos explica: "Su función era proteger a los vehículos siniestrados y limpiar la calzada para poder reabrir al tráfico el carril cortado. Cuando se disponía a limpiar una mancha de aceite que había en el suelo y que iba perdiendo el cárter de la furgoneta, un coche perdió el control y arrolló al conductor que estaba terminando el papeleo, al gruísta y a Pedro, que salió por los aires."

Según un portavoz de Emergencias Madrid Pedro sufrió un fuerte impacto que le provocó múltiples traumatismos, entre ellos craneoencefálico, abdominal y pélvico. Entró en parada cardiorrespiratoria. Tras practicarle las maniobras de resucitación cardiopulmonar avanzada durante más de media hora, los sanitarios del Samur-Protección Civil únicamente pudieron confirmar su fallecimiento.

Un psicólogo de Samur- Protección Civil tuvo que atender además a los compañeros del difunto y a varios policías municipales que habían presenciado el atropello y a la conductora del turismo que originó el siniestro, que tuvo que ser trasladada al Hospital de La Paz.

 Una familia consternada

Félix es el sobrino de Pedro. Los dos se habían separado y Araceli les había acogido en su casa.  Tenían una relación muy estrecha."Para mí lo era todo, era un hombre muy bueno, muy querido", cuenta. El miércoles se despidieron a mediodía. Pedro tenía turno de tarde.

Seis horas después recibieron la noticia: "A las nueve de la noche llamaron dos agentes de Policía a la puerta de nuestra casa. Yo pensé que sería por alguna multa. Preguntaron por mis abuela y mi tío, y nos contaron lo que había sucedido. Mi abuela está destrozada. Es la segunda vez que le pasa, a su marido le ocurrió algo similar", relata.

Ahora Felix intenta dar fuerzas a la anciana. "Tiene sus momentos, pero está muy triste. Todos queríamos mucho a mi tío, lo había pasado mal y estaba empezando a recuperar la ilusión. Llevaba una vida muy normal, hablábamos durante horas, veíamos series juntos sentados en el sofá", recuerda afligido. Lamenta no haber podido darle un último adiós.

Los compañeros de Pedro y otros trabajadores municipales le han querido rendir un homenaje, dedicándole minutos de aplausos y escoltándo el coche fúnebre en el que su féretro era trasladado, por los kilómetros del asfalto que fueron su lugar de trabajo y donde perdió la vida. 

Accidentes en cadena

Justo un día después de este accidente se registraba otro muy parecido en el kiómetro 8 de la M-503, en el término municipal de Pozuelo de Alarcón. Eran las seis y media de la tarde del jueves cuando un vehículo se salió de la vía, por causas que se desconocen.

Una patrulla de Trafico de la Guardia Civil y un equipo de mantenimiento acudieron al lugar. Se encontraban trabajando en la calzada cuando un Renault Mégane embistió el vehículo de los operarios, que estaba en la parte posterior para señalizar el accidente. Javier, de 40 años, estaba delante. El impacto hizo que el vehículo saliera proyectado y le atropellase. Quedó atrapado por las piernas entre el parachoques y la valla metálica de seguridad.

El turismo colisiónó además con el de la Guardia Civil, produciendo lesiones leves a un agente que se encontraba en el interior. Simultáneamente otro turismo que circulaba en la misma dirección y que venía detrás intentó esquivarlo, pero el conductor realizó peligrosas maniobras evasivas para impedir una nueva colisión y estuvo a punto de atropellar a otro guardia civil, que resultó herido leve.

Según un portavoz de Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid, Javier sufrió fractura en ambos fémures y tuvo que ser traslado al hospital Doce de Octubre, donde permanece ingresado. Según los trabajadores de la carretera: "Parece increíble que estas cosas sucedan durante el estado de alarma, pero están produciéndose muchos accidentes. La gente va muy deprisa, sin prestar atención, con un exceso de confianza y eso aumenta el peligro", aseguran. 

El conductor y único ocupante del Renault Megane, de 32 años fue sometido a la prueba de alcohol y drogas pero dío negativo en las dos. Fue denunciado por exceso de velocidad y por no respetar las medidas de confinamiento.