La lucha contra la niebla en la autovía A-8: cuatro kilómetros de circulación entre nubes


Luces láser, aspersores para destruir la niebla y ventiladores para desviarla, algunos de los prototipos puestos en marcha
El tramo entre Mondoñedo y A Xesta, en Lugo, se cierra al tráfico una media de 600 horas al año por culpa de la densa niebla
En 2020 comenzaron las pruebas con sistemas de ayuda a la conducción, ahora se experimenta con prototipos para eliminar la niebla
Tras años de obras y aplazamientos, en febrero de 2014 se ponía al fin en servicio una infraestructura muy demandada, un tramo de la A-8 en la provincia de Lugo fundamental para la conexión de Galicia con Asturias, Cantabria y País Vasco. Pero solo cinco meses después de la inauguración se produjo un gran accidente. Con los conductores conduciendo prácticamente a ciegas a causa de un espeso banco de niebla, acabó habiendo una colisión múltiple en la que se vieron involucrados medio centenar de vehículos. Murió una mujer y hubo 50 heridos.
Fue el accidente más grave, pero no el único. Los que viven en la zona ya habían advertido de lo que allí ocurría, y los propios obreros lo sufrieron durante la construcción de la autovía. A causa de las singulares condiciones climatológicas que se dan en el Alto de O Fiouco, a 698 metros de altura, es habitual que el lugar esté cubierto por una densa niebla. Son cuatro kilómetros, entre Mondoñedo y A Xesta, en los que parece que circulas entre nubes.
Así que al final, en vez de disfrutar de la esperada autovía, los vehículos acaban siendo desviados a la N-634, una carretera estrecha y con curvas. La A-8 se cierra en este tramo una media de 600 horas al año. Desde el Centro de Gestión de Tráfico del Noroeste se controla mediante cámaras y sensores el estado de la carretera y se cierra cuando la visibilidad baja de 40 metros.
Prototipos antiniebla
Desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) se comenzaron a buscar soluciones para poder circular de forma segura a pesar de la niebla. Recibieron varios proyectos, algunos parecían salidos de una película de ciencia ficción. Finalmente, de entre todas las propuestas se eligieron cuatro sistemas que ahora entran en la fase de construcción y experimentación, para verificar su funcionamiento en el entorno real.
Hay dos clases de prototipos: los sistemas de ayuda a la conducción y los que actúan sobre la niebla. En 2020 ya comenzaron las pruebas con los primeros:
- Un sistema de balizamiento lateral de la vía con luz láser: delimita el trazado de la vía, incluso en situaciones de muy baja visibilidad. Detecta además coches que circulen a velocidades anormales y alerta al resto de conductores.
- Un sistema de señalización horizontal inteligente con tecnología LED: combina datos obtenidos en tiempo real e informa a los conductores mediante señales automáticas proyectadas en la calzada.

Ahora se inicia la segunda fase, en la que se experimenta con los prototipos para eliminar la niebla o reconducirla:
- Un sistema de difusión automático por aspersores de materiales higroscópicos: se trata de una estructura metálica, a modo de pérgola, que difunde una sustancia que absorbe la humedad. Consigue aglutinar las gotas de agua en el aire, de modo que hace que se formen otras de mayor tamaño que se precipitan en forma de lluvia.
- Un sistema que combina barreras estáticas y dinámicas: las barreras estáticas ayudan a desviar la niebla a una altura a la que no afecte al tráfico. Las dinámicas emplean ventiladores situados transversalmente a la dirección al viento, para alejar la niebla.

La previsión es que este verano ya estén todos los prototipos en la fase de experimentación. La inversión total en este sistema antiniebla asciende a 5,6 millones de euros.