En la UCI tras esperar 15 días una prueba de glucemia: "Mi padre no tendría que estar ahí"


Denuncia que su padre, trasplantado de pulmón, está en la UCI del Hospital Torrecárdenas (Almería) por no hacerle una prueba de glucosa a tiempo
Joaquín García tiene 54 años y, hace dos meses, recibió un trasplante de pulmones. A pesar de los riesgos, este almeriense conseguía salir adelante y hacer realidad el milagro de la donación. Sin embargo, un coma hiperglucémico lo mantiene, desde este sábado, en la UCI del Hospital Torrecárdenas (Almería). Todo, tras esperar quince días a que le hicieran un control de glucemia por prescripción de su medica especialista. “Hemos superado un trasplante y, ahora, por un pinchazo mi padre está así”, denuncia a NIUS Salvador García, su hijo.
“El día 9 de octubre llamé a su médica de cabecera, y tras varias decenas de intentos fallidos, conseguí que me atendiera”, explica Salvador. “La médica, tras varias preguntas y habiendo valorado el historial de mi padre, ve conveniente hacerle el control. Me dice que ya recibiré llamada del enfermero para ir al domicilio a hacerle la prueba”. Pero pasan los días y la llamada no llega. “Vuelvo a ponerme en contacto con el centro de salud para además del análisis, comunicarles que también nos han pedido una PCR urgente para una prueba que tiene pendiente”.
Es entonces cuando reciben la llamada de un enfermero indicándole que la PCR se la hará el viernes día 23 de octubre. Ese día, efectivamente, le realizan el test de coronavirus en su domicilio pero no la prueba de glucemia. “Le insisto para que le hagan una destroxtis -toma rápida de glucosa-, pero el enfermero, bajo su criterio, nos dice que le ve buen color de piel y que no es necesario”, se lamenta Salvador.
“Como no sabíamos los síntomas de la diabetes, no insistimos, y además, a los dos días ya volvía a tocar la cita con su especialista”. Pero horas más , su padre empeora. “Deliraba, se le caían las cosas de las manos y no podía articular palabra”, narra su hijo.
Esa misma noche, Salvador decide llevar a su padre al Hospital. “Tras un análisis nos dicen que lo van a ingresar en la UCI con unos niveles de 1250mg/dl”. Un nivel de glucosa sanguínea normal se sitúa en 100 miligramos por decilitro. “Los médicos nos advirtieron de que posiblemente no saldría con vida por semejantes niveles”. Habían pasado ya 15 días desde que su médica de cabecera le prescribió la prueba de glucosa.
Joaquín sigue en la UCI con un coma hiperglucémico. El peligro por su vida ha pasado, nos dice su hijo, pero ahora, toca lo peor. “Tenemos que esperar a ver cuáles son las secuelas que le van a quedar por semejante cantidad de azúcar en sangre”, lamenta.
“Y todo por un pinchazo”, denuncia su hijo que asegura que va a emprender medidas legales para que se haga justicia. “Llegaré hasta el final”, nos dice, con una mezcla de rabia, indignación y pena. “ A mi padre no le corresponde estar donde está por un simple control de azúcar”, repite una y otra vez este hijo que no se cree la pesadilla que están viviendo.