El coronavirus hace resurgir un clásico navideño: fiebre por enviar postales en papel


En algunas papelerías se han agotado las existencias por la desmesurada demanda: “Hay quien compra más de diez para mandar a toda la familia”
Con motivos religiosos, con estampas invernales o con Papa Noel o los Reyes Magos como protagonistas. Da igual el dibujo. Las postales navideñas han volado de muchas librerías y papelerías. Desde estos establecimientos manifiestan que este es un efecto colateral de la pandemia. Uno más. A falta de contacto físico con la familia, christmas en papel para felicitar las fiestas.
“Lo que más sorprende es que esto se produzca en la era de Internet y de las videollamadas, cuando ya pensábamos que las clásicas felicitaciones estaban desapareciendo”. Lo cuenta Laura Traba. En la tienda de A Coruña en la que trabaja, las postales se esfumaron de los expositores en cuestión de días. “Este año ha sido lo nunca visto: hemos tenido que reponerlas porque se agotaron”, comenta. Se han vendido las tarjetas solidarias y las que no lo eran. También mucho material de papelería para quien opta por fabricar manualmente sus propias felicitaciones. “Nos dicen que son para enviar a las personas con las que no pueden reunirse por el coronavirus”, afirma.
En Vigo, Jorge Ruibal también ha despachado bastantes más postales que en años anteriores. “Lo de estas últimas semanas ha sido un bum. Aquí vendimos el triple que el año pasado”, comenta este empleado de Folder Papelería. En su caso, todas las que vende son postales solidarias. Los que las compran colaboran con entidades benéficas. “Lo que me ha sorprendido es que los clientes ni siquiera miran el precio. Hay quien compra más de diez para enviar a toda la familia y son clientes que no solían hacerlo otros años”, explica. Coincide con Laura en que la imposibilidad de reunirse físicamente con los allegados está detrás de este resurgir. “Es una forma de decir a los demás que te acuerdas de ellos aunque no puedas verlos. Y es, también, una manera de tener un detalle con ellos”, comenta. Además del escrito de la postal, algunos incluyen alguna fotografía familiar en el christmas.

Lucía Otero, en la papelería en la que trabaja en Lugo, tampoco había visto una venta de postales similar en los ocho años que lleva trabajando allí. “Es desmesurado. Sobre todo porque la gente no se lleva una o dos postales como otros años. Hay quien viene y te compra ocho o diez felicitaciones”, confirma la dependienta de Cartafol Papelería. Las más vendidas, en su caso, las de motivos religiosos. Aquellas que representan el nacimiento de Jesús o a los tres reyes magos adorando al niño en el portal de Belén. “A la gente mayor le gustan más las clásicas”, sostiene.
Todos coinciden en que el coronavirus ha servido para regresar al pasado y recuperar esta tradición navideña. Desde luego, esta felicitación es más elaborada, más original y más duradera que una llamada telefónica.
