Qué insectos se pueden comer en España


Según indican desde la FAO, los insectos tienen un importante valor nutricional y son ecológicamente sostenibles
Actualmente, hay cuatro especies de insectos que han pasado el proceso de autorización para ser consumidor en la UE
Cómo los insectos ayudan a resolver crímenes en la vida real
En España es común comer casquería, es decir, las entrañas de los alimentos, como es el hígado, los riñones, callos, manitas de cerdo, entre muchos otros. Unos alimentos con muy pocos seguidores o aficionados, pero que son y han sido el producto principal de restaurantes españoles.
Lo que no es tan común en nuestro país es lo que se conoce como la entomofagia o, que es lo mismo, el hábito de comer insectos. Un ingrediente común en la gastronomía de muchos otros lugares del mundo, especialmente en el continente asiático.
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Sin embargo, esto puede cambiar con el paso de los años. Un cambio que puede estar más cerca de lejos porque la Comisión Europea haya aprobado la comercialización de larvas del escarabajo del estiércol, que se suma a otros tipos de insectos que ya están en la lista.
Qué beneficios tiene consumir insectos
Tal y como indican desde la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los insectos comestibles tienen "un importante valor nutricional y pueden ser un elemento saludable para incorporar a nuestra dieta”. De hecho, dicha organización recomienda su consumo no solo porque son una fuente de proteína, sino también porque son ecológicamente sostenibles y ofrecen oportunidades económicas.
Aunque a día de hoy, según la FAO, se consumen más de 1900 especies de insectos en todo el mundo y forman parte de la dieta de unas 2.000 millones de personas, en Europa no es tan común el consumo de este tipo de alimentos.
Cuáles han superado el proceso de autorización
Actualmente, hay cuatro especies de insectos autorizados, tanto su venta como su consumo, por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Estos son:
- Las larvas del gusano de la harina.
- La langosta migratoria.
- El grillo doméstico.
- Las larvas del escarabajo del estiércol.
Eso sí, todas ellas las podemos encontrar en el mercado de diferentes formas, ya sea congelado, en polvo, parcialmente desgrasado, en harina o incluso pasta. De hecho, esto va a variar en función de cada tipo.
Ahora bien, en muchas ocasiones, también ocurre que son otros alimentos los que contienen o se basan en estos insectos. De ser así, se va a tener que estar indicado en el etiquetado del producto.