Madicke, el senegalés que llegó a España sin nada y ahora da empleo a sus vecinos: "Es mi forma de dar las gracias"


Su padre llegó en patera hace diez años y rehizo su vida en Isla Cristina (Huelva)
El joven vino a visitarlo hace seis años y terminó quedándose a vivir. Estudió el Bachillerato y, ahora, ha abierto su propio negocio de reparto a domicilio que da empleo a una decena de vecinos
Su padre llegó en patera a España hace 10 años y ahora él, con apenas 23, ya tiene su propio negocio que da empleo a casi una decena de vecinos del pueblo. La historia de Madicke, un joven senegalés, es ejemplo de esfuerzo, superación y, sobre todo, agradecimiento a los que siempre le han hecho sentir como en casa.
Madicke llegó a Isla Cristina (Huelva) hace seis años, siendo un adolescente. Su padre, casado con una española, ya estaba instalado en este pueblo marinero al que llegó con lo puesto, buscando una vida mejor. El joven venía para quedarse unos días, pero terminó encontrando aquí un hogar. “Desde el primer momento, todos me acogieron y me trataron con mucho cariño. Quedé encantado y les pedí poderme quedar para estudiar ”, explica Madicke a NIUS.
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Y así lo hizo, hasta sacarse el Bachillerato. Poco después, empezó con pequeños trabajos de repartidor. Por la mañana, en la churrería; a mediodía en la pollería; y por la noche, en la hamburguesería. “Siempre me ha gustado este trabajo. Desde niño, mi sueño ha sido ser camionero y me he sacado hasta el carnet”, reconoce.
Compaginando varios empleos y haciendo contactos con los negocios, se dio cuenta de que podía crear su propia empresa. "¿Por qué no?", se dijo. Y así nació ‘Madicke express’. Lo que comenzó con un patinete, una moto y dos amigos ya cuenta con ocho empleados para reparto. “He tenido que ir aumentando la plantilla porque recibimos más de cien pedidos al día y cada vez más llamadas de pueblos vecinos interesados porque no tienen reparto a domicilio. Es increíble”, dice, emocionado.
Siete repartidores y una recepcionista vecinos de la localidad a los que este joven, que llegó con las manos vacías, puede dar empleo. “Todo lo que tengo es gracias a ellos y quiero, de alguna forma, poder devolverlo”, asegura este emprendedor. En 'Madicke Express' reparten de todo a domicilio: comida, flores, bombonas... pero, sobre todo, ilusión y optimismo. "En el pueblo todos me conocen. Es una alegría llegar a las casas y sentirme querido", reconoce.
Dice que tiene todo lo que necesita: un trabajo, una casa y una familia orgullosa de lo que ha conseguido. “Mi madre llora mucho de la emoción cada vez que hablo con ella”, nos cuenta. Eso sí, separada por miles de kilómetros de su hijo. El sueño de Madick, ahora, es conseguir que también ella pueda venir a España. “Ojalá, tenerla a mi lado”, pide este joven que, cada día, pedalea por conseguir la vida que siempre soñó y que nadie le ha regalado.