Pueblos abandonados de España


Pueblos abandonados de Europa que puedes visitar este verano
La España vaciada es una realidad innegable: más del 40% de los municipios españoles están abandonados
En NIUS te explicamos la historia y los misterios de los cinco más espectaculares
El 44% de los municipios españoles están despoblados, es decir, hay más de 3.500 pueblos abandonados del total de 8.131. La conocida como España vaciada hace referencia a las zonas que más sufren este abandono, situadas, principalmente, en Galicia, Castilla y León, Extremadura, Aragón y Castilla la Mancha.
La despoblación lleva ocurriendo en España desde hace décadas, ya sea por la construcción de pantanos, por la Guerra Civil, por el cierre de minas y fábricas o por el éxodo rural y la voluntad de encontrar mejores servicios y salarios en las urbes.
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El teletrabajo adoptado tras la pandemia se ve como una oportunidad para revertir esta situación, ya que cada vez más personas buscan mudarse lejos de las ciudades mientras trabajan para grandes empresas desde la calma del pueblo. Sin embargo, esta tendencia todavía no es suficientemente importante como para augurar que supondrá el fin de la despoblación.
Por ahora, desde NIUS te animamos a visitar alguno de los miles de pueblos abandonados de España para aprender más sobre la historia de nuestro país e imaginar cómo fue la vida de los habitantes de antaño. Y si no sabes por dónde comenzar, estos son los más espectaculares.
1. Belchite (Zaragoza)

Belchite era un pueblo de unos 5.000 habitantes situado a 49 km de Zaragoza. Sin embargo, fue el escenario de una importante batalla durante la Guerra Civil que arrasó con toda la población. Actualmente, se ha convertido en un monumento al pasado y es, sin lugar a dudas, el pueblo abandonado más famoso de España.
Incluso, ha acogido una considerable cantidad de rodajes cinematográficos y es uno de los destinos preferidos de los que creen en fenómenos paranormales. Actualmente y, con el objetivo de preservar el pueblo, Belchite solo se puede visitar con las visitas guiadas de su oficina de turismo.
2. Turruncún (La Rioja)

A principios del siglo XX, Turruncún contaba con más de 300 habitantes, pero acabó sucumbiendo a la despoblación debido a la Guerra Civil y el cierre de la minería local: en 1991 solo había tres vecinos y en 2001, ninguno.
Este pueblo abandonado es el más conocido de La Rioja y destaca por sus ruinas de color rojizo ubicadas sobre una de las cumbres de la sierra de Préjano. Entre los derrumbes, todavía se mantienen en pie la iglesia y el colegio.
Además de sus ruinas, por allí transcurre la “Ruta de los dinosaurios”, pensada para conducir a toda la familia tras las huellas de estos animales extintos en yacimientos repartidos entre Enciso y Navalsaz.
3. Caudilla (Toledo)

Caudilla es otro pueblo que sufrió los estragos de la Guerra Civil. Lo más impresionante de lo que queda de esta localidad son las ruinas del Castillo de Rivadeneyra (s. XV), que asombrosamente ha mantenido en pie una escultura de Cristo en lo alto de la torre izquierda.
Por otro lado, también pueden contemplarse los restos de la iglesia, el cementerio y el ayundamiento-escuela.
4. Granadilla (Cáceres)

Granadilla fue fundado por los musulmanes en el siglo IX como baluarte estratégico. Posteriormente, en la Edad Media fue el principal núcleo de población de la zona y fue capital de un señorío que comprendía 17 municipios.
El esplendor de este pueblo quedó borrado para siempre después de que se declarara zona inundable a mediados del siglo XX. Los vecinos tuvieron que abandonar la zona y, aunque finalmente no quedó sumergido bajo el agua, ya no regresaron.
Desde la década de los 80 fue declarado Conjunto Histórico Artístico y tiene un horario de visitas. El encanto de la población es tal, que incluso Pedro Almodóvar rodó allí la escena final de ¡Átame!.
5. Ochate (Burgos)

Ochate siempre fue un pequeño pueblo de Burgos. En su época de mayor población, en 1824, solo contaba con 52 habitantes. Finalmente, los últimos vecinos lo abandonaron a mediados del siglo XX.
De Ochate lo más destacable no son sus ruinas, sino la gran cantidad de leyendas sobre fenómenos paranormales que lo rodean. La localidad comenzó su fama como “pueblo maldito” en los años 80, después de que se popularizara un reportaje en una conocida revista de misterio.
Desde entonces, los aficionados a estos fenómenos se han desplazado hasta la zona para llevar a cabo rituales, tomar fotografías o grabar psicofonías.
No obstante, Ochate ya fue demonizado mucho antes de la publicación de la revista. Se dice que habría sufrido tres epidemias: la viruela en 1860, el tifus en 1864 y el cólera en 1870. Inexplicablemente, las epidemias no afectaron a las poblaciones colindantes, lo que fue el inicio de la mala fama de este lugar.