Reto ‘a ciegas’: dos ciclistas hacen el Camino de Santiago sin dinero, sin comida y... sin visión


Adolfo Bellido y Antonio González, ciclistas paralímpicos con discapacidad visual, han emprendido el trayecto hacia Santiago de Compostela
Viajan como hace siglos, sin recursos, esperando a que la solidaridad de la gente les aporte alimentos y techo
Detrás de este reto hay una motivación solidaria: recaudar fondos para una asociación que ayuda a familias con niños que padecen cáncer
Una tienda de campaña, un saco de dormir, una cantimplora y una muda de ropa. Eso es lo que Adolfo y Antonio llevan en las alforjas de sus bicicletas para recorrer los algo más de 1.000 kilómetros que separan Sevilla de Santiago de Compostela. Pero lo que hace especial a esta historia es, precisamente, lo que no se llevan. Y es que han emprendido el viaje sin programación, sin dinero, sin comida y, también, sin visión.
Ambos son deportistas. Ciclistas paralímpicos que compiten con una discapacidad visual. Adolfo Bellido, subcampeón del mundo de ciclismo adaptado, fue quien tuvo la idea. Llevaba tiempo dándole vueltas a la posibilidad de hacer el Camino de Santiago. Pero quería pedalear solo. Sin el compañero que le guía y con el que forma un tándem en los campeonatos. Ese era el reto. Pero su “locura” llegó a oídos de Antonio González. De un día para otro, en 24 horas, pusieron a punto sus bicicletas e iniciaron, solos, su aventura.
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Una historia de superación y sin barreras
Hablamos con ellos cuando se encuentran en Badajoz. Ambos han hecho una parada 'técnica' para atendernos al borde de una carretera secundaria. Llevan 140 kilómetros recorridos. Adolfo siempre va pedaleando delante. Pegado a su rueda y a muy poca distancia, Antonio. Ambos forman un buen equipo, se complementan.
Desde que nació, Adolfo padece la enfermedad de Stargardt. Y esto significa que tiene únicamente visión periférica. Ve perfectamente todo lo que ocurre a ambos lados pero, de frente, únicamente distingue siluetas, bultos. Lo suficiente para ver si hay un obstáculo en el camino. Distinto es el caso de Antonio. Él es ciego de un ojo. Pero, a través del otro es capaz de ver cosas nítidas de frente, pero no de lado. Por eso, pedalea siempre mirando hacia el suelo: su guía en el camino es la rueda trasera de Adolfo.
Desde Sevilla a Santiago de Compostela sin gastar un céntimo
Por si el trayecto hacia la plaza del Obradoiro no tuviera bastantes dificultades, ambos se han marchado de casa con los bolsillos vacíos. Su objetivo es llegar a Compostela como se hacía hace cientos de años, pidiendo comida y cama en cada lugar en el que pernoctan. “Vamos mendigando. Si nos proporcionan alojamiento, bien. Si no, no pasa nada, dormimos en la calle”, cuentan.
No llevan cerrados los alojamientos. Ni, evidentemente, las comidas. En cada pueblo que visitan, cuentan su reto. Apelan a la caridad de los vecinos y de los propietarios de los establecimientos para conseguir alimentos. “Nos hemos encontrado a un montón de gente que ha colaborado con nosotros. Desde luego, de momento, no hemos pasado hambre”, cuenta Adolfo.
La primera noche también la han podido dormir bajo techo. El dueño de un albergue les proporcionó alojamiento gratuito en Monesterio (Badajoz). Así se lo cuentan a todos aquellos que les siguen a través de sus redes sociales, donde, por cierto, también presentan a quienes han colaborado con ellos.
Buenos días!. En marcha con la segunda etapa hacia Santiago de Compostela. Oye si la cosa pinta bien llegaremos hasta...
Posted by Adolfo Bellido on Thursday, October 3, 2019
Un Camino con un trasfondo solidario
Calculan que el desafío les llevará unos 6 o 7 días. Un viaje en el que encontrarán dificultades. También muchos imprevistos. Pero no les importa. Con él, pretenden lanzar un mensaje de superación a los jóvenes. También, eliminar barreras. Y, por último, y también lo más importante para ellos, es la motivación solidaria de su locura: recaudar fondos para los niños que padecen cáncer. “Queremos que todo el mundo sepa que estamos recaudando dinero para la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer. Ese es el objetivo más importante que tenemos”, dice Antonio.
Por eso pretenden que su reto se viralice. Cuanta más gente les conozca, más posibilidades de ayudar a los demás.