Más de 60 procesiones recorren las calles de Córdoba en la 'Semana Santa' de septiembre

Vecinos del casco histórico denuncian ruido, falta de descanso y problemas de movilidad
El Ayuntamiento, que espera 200.000 visitantes, aplaude el 'turismo religioso' en temporada baja
No es primavera, ni Semana Santa. Pero en Córdoba huele a incienso y suenan cornetas y tambores. Hasta 64 procesiones recorren sus calles durante este mes de septiembre. A las salidas habituales y viacrucis se suma este año la celebración de una magna nazarena, en la que más de medio centenar de hermandades de la provincia pondrán sus imágenes en la calle entre el 13 y el 22 de septiembre.
Una intensa agenda cofrade que reunirá a más de 200.000 devotos y que, para los vecinos del casco histórico, se ha convertido en toda una penitencia.
Jesús Cámara vive en la Plaza del Potro, en pleno centro de Córdoba. Cuando llega la tarde, no puede salir de casa ni mover el coche del garaje porque los accesos están cortados. "Para llegar a mi vivienda tengo que discutir con gente que está viendo procesiones y que cree que me quiero colar", se lamenta este vecino.
Aunque lo que peor lleva es el ruido del bullicio y de las bandas de música. "Es imposible la convivencia, no podemos leer o ver la tele sin auriculares y, por supuesto, tenemos que dormir con las ventanas cerradas", nos explica Jesús.
Como él, muchos vecinos del casco histórico se quejan de esta "otra Semana Santa" en pleno septiembre. Juana Pérez es presidenta del consejo del Distrito Centro y asegura que no se trata de creencias religiosas sino del derecho al descanso y a la movilidad. "Lo que nosotros denunciamos es que no se tenga en cuenta a los vecinos de la zona a la hora de tomar decisiones sobre la autorización de este tipo de eventos", aclara Pérez.
Algunos negocios también están sufriendo su particular viacrucis. Rafael es el dueño del bar El Pimentón, ubicado en el paseo de la Ribera, en plena Carrera Oficial de la Magna. Los días de procesiones pierde dinero. "Nos obligan a quitar los veladores y eso es el 70 por ciento del negocio", se queja Rafael, que se plantea incluso cerrar hasta que terminen los actos. A 50 metros de este negocio, el de Javier, dueño del restaurante El Paseo, que valora también no abrir durante los días de procesiones ya que vive, básicamente, de la terraza.
Muchos visitantes en temporada baja
Para otros, sin embargo, estos eventos son una bendición. Lo explica Francisco de la Torre, presidente de la Asociación Cordobesa de Hostelería y Turismo (Hostecor). "Es algo muy positivo porque promociona la ciudad. Es una forma de atraer visitantes en una época en la que en Córdoba es temporada baja", recuerda. Es muy importante que las calles de la ciudad de los califas se llenen con acontecimientos como estos por que generan "un turismo de excelencia que nos interesa", recalca De la Torre.
Por su parte, el Ayuntamiento refuerza estas tesis con números. Sólo el día de la magna (el 14 de septiembre) serán "entre 200.000 y 250.000 las personas que disfrutarán de la misma", como cuenta a NIUS el delegado de seguridad de Córdoba, Miguel Ángel Torrico. Eso supone que, en temporada baja, habrá una ocupación hotelera rozando el lleno. "Los vecinos deben tener en cuenta que se les va a molestar un día puntual", porque el resto de actos están más espaciados en el tiempo, expresa Torrico. Y añade: "los que vivimos en ciudades como Córdoba o Sevilla sabemos que lo cofrade es parte de la idiosincrasia de nuestra tierra".
El turismo religioso aportó unos 30.000 millones de euros al PIB nacional, en 2018, y generó más de 160.000 empleos. "La repercusión económica en Córdoba será importante", reconoce el político. Las 64 procesiones que vivirá Córdoba este mes de septiembre, en definitiva, llenarán de gente sus calles con la bendición de una buena parte de su población pero también para disgusto de otros muchos cordobeses.