La historia de Carlos y Camilla: un amor a prueba de támpax, cuatro hijos y ¿uno secreto?

El príncipe Carlos de Inglaterra se casó con Diana Spencer pero siempre estuvo enamorado de Camilla Parker Bowles. Este viernes, durante su primer discurso oficial como nuevo rey, un día después de la muerte de su madre, Carlos III dijo que comienza su reinado con "la amorosa ayuda de mi querida esposa, Camila, que en reconocimiento a su leal servicio público desde nuestro matrimonio, hace 17 años, se convierte en mi reina consorte". Así lo decidió Isabel II el pasado febrero, dando así su bendición a la polémica relación de su hijo con la hasta ahora duquesa de Cornualles, que se ha ido ganando con los años el cariño y respeto del pueblo británico, pese a su adoración por la damnificada Diana de Gales.

La ya proclamada como Reina consorte ha estado este sábado muy pendiente de su marido, con gestos significativos y miradas cómplices con él, durante la ceremonia de su proclamación como rey Carlos III:

Este viernes, Carlos y Camila se dejaban ver caminando juntos a las puertas del Palacio de Buckingham, junto a los numerosos ramos de flores en memoria de su madre, la reina Isabel II.

Antes de enamorarse de Camila Parker Bowles y de su matrimonio fallido con Lady Di, el príncipe Carlos estuvo vinculado sentimentalmente a varias mujeres en su juventud. Entre ellas, Georgiana Russell, la hija de John Russell, embajador británico en España; Lady Jane Wellesley, la hija del octavo duque de Wellington; Davina Sheffield; y lady Sarah Spencer, la hermana mayor de Diana:

Pero la que fue durante 30 años su amante, desde antes y después de su boda con Lady Di, la que terminó por romper su matrimonio, se convirtió en su mujer y ahora en reina consorte de Inglaterra, es Camila Parker Bowles, el gran amor de su vida.

La aristócrata de 75 años ha recorrido un tortuoso camino desde que llegó como "la otra" y enemiga de Lady Di hasta reconciliarse con los británicos y convertirse en el mejor apoyo para el heredero al trono británico (73).

El príncipe Carlos se casó en 1984 con Diana (13 años más joven), estando enamorado de Camila (dos años mayor), pero como le confesó a un amigo, confiaba en que con el tiempo pudiera llegar a amar también a la mujer que todo el mundo veía como su perfecta esposa y futura reina.

Camila irrumpió en los medios una década después, en 1992, como la villana del cuento de hadas que creían estar viviendo los británicos, al destaparse la infidelidad de Carlos a su querida Diana, con una mujer divorciada, “aristócrata rancia y mal peinada”, como se la llegó a definir entonces. Esto se produjo un mes después de su separación de Lady Di, quien ya hacía años que era consciente de estar viviendo un “matrimonio a tres”, como dijo en su entrevista a la BBC:

La aparición de Camila fue escándalo para la monarquía británica, conocido como el ‘tampongate’ o 'Camillagate', tras filtrarse en 1993 una conversación telefónica que la pareja de amantes había tenido en 1982, en la que Carlos le declaraba su amor con las ya famosa frase “Quiero ser tu támpax, qué suerte ser arrojado por un WC y seguir y seguir girando para siempre en la parte superior, sin bajar nunca”:

Carlos: “¿Qué hay de mí? El problema es que te necesito varias veces por semana”.

Camilla: “Mmmmm. Yo también. Te necesito toda la semana. Todo el tiempo”.

Carlos: “Oh, Dios. Viviré dentro de tus pantalones o algo así. ¡Sería mucho más fácil!”.

Camilla: “¿En qué te vas a convertir, en un par de bragas? Oh, vas a volver como un par de bragas”.

Carlos: “O, Dios no lo quiera, un tampón. ¡Qué suerte la mía!”.

Camilla: “¡Eres un completo idiota! Oh, que maravillosa idea”.

Carlos: “Qué suerte ser arrojado por un lavabo y seguir y seguir girando para siempre en la parte superior, sin bajar nunca”.

Camilla: “¡Oh, cariño!”.

Carlos: “Hasta que llegue el próximo”.

Camilla: “Tal vez podrías volver como una caja”.

Carlos: “¿Qué tipo de caja?”.

Camilla: “Una caja de tampones, para que puedas seguir”.

Carlos conoció a Camilla Shand, su nombre de soltera, en 1970 durante un partido de polo, cuando él tenía 23 años y ella, 25. Les presentó una amiga del Príncipe y el flechazo fue inmediato. El hijo de Isabel II, fiel a su fama de 'playboy', salía con otras mujeres, pero decía que era Camila con quien quería casarse.

Sin embargo, cuando Carlos tuvo que salir del país para cumplir con su servicio naval, él y Camilia hicieron un parón en su relación, y la aristócrata se casó con el oficial de la armada británica, Andrew Parker Bowles:

Pese a estar ya los dos ya casados, Carlos y Camilla no pudieron evitar seguir viéndose y ser infieles a sus respectivas parejas. Se dice que el príncipe encontró en ella lo que no tenía en "frágil" y "tímida" Diana: una mujer de su edad, con una personalidad más fuerte y extrovertida que contrarrestara sus propias debilidades.

Camila se divorciaba de Andrew Parker Bowles en 1995, cuando la separación de Carlos y Diana también era ya un hecho aunque se formalizara un año después.

Tras la muerte de Diana, en 1997, la pareja mantuvo su romance durante un tiempo de forma discreta, pero no tardaron en dejarse ver en público, como en la fiesta de cumpleaños de Annabel, hermana de Camilla, en el hotel Ritz de Londres.

Carlos le dijo a su madre que quería ser rey pero su relación con Camila “no era negociable”, algo que a la monarca no le quedó más remedio que aceptar, por amor a su hijo y el cariño que ya había cogido a su nuera.

En 2005, ocho años después de la muerte de Diana, Carlos anunciaba su compromiso y se casaba con Camila, quien se convertiría en la Duquesa de Cornwall (Cornualles). Ella tenía 57 años y él, 56. La Reina no asistió a la boda por ser la Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra y no tener permitido ir a bodas de divorciados, aunque sí fue a la misa posterior. La nueva esposa del príncipe Carlos fue bien recibida por los hijos de él, los príncipes William y Harry, que dijeron que solo querían “ver feliz” a su padre.

Camila tiene también dos hijos poco conocidos, fruto de su primer matrimonio con Andrew Parker Bowles. Ellos son Tom (49 años) y Laura (44), que renunciaron a estar vinculados a la Familia Real Británica y han preferido estar alejados del foco mediático.

Sus apariciones son escasas. Asistieron a las bodas de Guillermo (40 años) y Harry (37), con quienes mantienen una excelente relación.  Y el pasado junio estuvieron en la ceremonia en la que Camilla ingresó en la Orden de la Jarretera.

Laura estudió Historia del Arte y Marketing en Oxford Brookes, y trabajó como directora de una prestigiosa galería de arte en Londres. En la actualidad se dedica a la promoción de artistas. En lo persona, está casada con el ejecutivo Harry Lopes y tiene tres hijos, nietos de Camila: Eliza, de 14 años, y los gemelos Gus y Louis, de 13.

Tom, ahijado del Príncipe Carlos, estudió en el Eton, mismo colegio de Guillermo y Harry. Se licenció en Periodismo y trabaja como crítico gastronómico, además de haber sido juez en talent shows culinarios. El año pasado sufrió un duro golpe cuando su segunda mujer, la periodista Alice Procope, murió de cáncer con 42 años. Tiene dos hijos de su primer matrimonio, Lola, de 15 años, y Freddy, de 12. En los últimos años se ha visto envuelto en algunas polémicas, como la relacionada con una empresa de cortezas de cerdo en granjas no autorizadas o su presunta adicción a sustancias.

Hace un año volvía a los medios una polémica historia relacionada con la familia real británica que acapara titulares cada cierto tiempo.

Simon Dorante-Day, un ingeniero australiano de 55 años, asegura ser el hijo no reconocido del príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles. La única prueba es su testimonio y las fotos que colgó en la red para demostrar el parecido físico con sus padres:

En esta otra, cuando tenía poco más de 20 años, aparece junto a una imagen del príncipe Guillermo cuando tenía aproximadamente la misma edad:

Su versión es que fue concebido cuando Carlos y Camilla eran adolescentes (17 y 18 años respectivamente), mucho antes de que el futuro rey de Inglaterra conociese a Lady Di. Asegura que la corona británica decidió darle en adopción a una familia de Portsmouth cercana a ellos, para evitar el escándalo. Según sus propias investigaciones, afirma que Carlos y Camila se conocieron realmente en 1965, y que meses después, ella quedó embarazada, desapareciendo de la escena social británica durante al menos nueve meses. Un tiempo que Carlos pasó en Australia.

Como les hemos contado, la versión oficial dice que Carlos y Camila iniciaron su romance en 1970, esto es, cuatro años después del nacimiento de Simon (1966).

El presunto nieto ilegítimo de Isabel II, y hermanastro de Guillermo y Harry, volvió a la carga el otoño pasado con una entrevista al portal australiano 7 News, en la que decía haber mandado una carta a la reina Isabel II para que le ayudase.

"Siento que es hora de que Su Majestad intervenga. Ya es suficiente", decía Simon en su misiva a la reina de Inglaterra, mostrando también su empatía por sus conocidos problemas de salud.

"Usted sabe la verdad. Ha sido testigo de nuestras vidas amenazadas en muchas ocasiones (por racismo) y ha intervenido donde ha sido necesario. Entonces, le pregunto nuevamente, ¿cuánto esperan que aguantemos individualmente y como familia?", escribió, según recoge el medio Quién.

"Espero que después de esta carta, tome la decisión correcta con respecto a nuestra posición actual", dice al final del texto, que firmaba como “Simon Charles Dorante-Day (su nieto primogénito)".

Simon Dorante- Day ha pedido una prueba de ADN para demostrar ante la justicia de su país que es nieto de la reina, que por el momento le ha sido denegada. En el supuesto de que el australiano pudiera demostrar que es hijo biológico de Carlos III, no podría desbancar al príncipe William (Guillermo) como nuevo heredero al trono, ya que para acceder a la Corona británica es requisito haber nacido como hijo legítimo de un matrimonio real.