Tamara Falcó, 7 novios en 17 años: sus otras rupturas amorosas antes de Íñigo Onieva

Íñigo Onieva es el ex novio más mediático de Tamara Falcó, por ser el hombre con quién por fin había decidido casarse y formar una familia, a sus 40 años, y con quien está protagonizando a su pesar las rupturas de famosos más sonada de los últimos años, con infidelidad de por medio.

Pero cuando Íñigo Onieva se cruzó en la vida de Tamara Falcó, hace ahora dos años, la hija de Isabel Preysler venía de superar seis noviazgos fallidos que fueron retratados por las revistas y programas de corazón.

Tamara tenía 23 años cuando comenzó a salir con Alberto Comenge (27), hijo del arquitecto Alberto Comenge y Mari Luz Barreiros, casada después con Jesús Polanco, el fundador de Prisa.

Licenciado en Derecho (CEU) y con Máster en Harvard, e involucrado en proyectos solidarios, el joven se integró muy bien en el clan ‘Preysler’ -se dice que es el novio que más le gustaba para ella-, pero lo suyo con Tamara solo duró un año. Después, a Alberto Comenge se le relacionó con Blanca Romero y terminó casándose con la arquitecta catalana Laia Carvelló.

En el verano de 2005, Tamara (24 años) tuvo una fugaz relación con uno de los solteros de oro de la ‘jet set’, Bartolomé Fierro March (‘Bame’), a quien conoció en una fiesta "Flower Power" en la discoteca Pachá. La hija de Isabel Preysler y el biznieto del fundador de la saga de banqueros se dejaron ver juntos en Mallorca e Ibiza.

Un año después, Tamara empezó una nueva relación, la más duradera y seria hasta Onieva, con Marco Noyer. Llegaron a pensar en boda, pero finalmente la distancia -él vivía en París, donde ella pasó un tiempo- dificultó que la relación fuera a más y rompieron tres años después, de forma amistosa.

Él se casó posteriormente con la heredera estadounidense Bryna Butler, aunque han mantenido buena relación:

Cuando cumplió los 30, Tamara Falcó decidió que ya era hora de dejar la vivienda de “mami”, como se refiere a Isabel Preysler, en Puerta de Hierro y mudarse por su cuenta. Vivió durante un tiempo en un lujoso ático en el madrileño barrio de los Austrias, y luego en otro junto al Retiro. Fue en esa época cuando se conoció a su cuarta pareja, el italiano Tommaso Musini, que pasó de ser su compañero de piso y amigo a novio.

De Perugia (Italia), con familia dedicada a la explotación agrícola de la trufa, Tommaso vino a Madrid para hacer un Máster de Economía en el CEU y terminó enamorando a la hija de Isabel Preysler, que acababa de independizarse y disfrutaba al máximo de su vida social.

Fue la relación más pasional que se le conoce, pero terminó al poco tiempo, entre rumores de infidelidad de él con una relación paralela en Italia. Tamara lo llevó con discreción, diciendo a la prensa que lo habían dejado por “decisión mutua” y “mantendremos nuestra amistad por encima de todo", explicó.

En 2012, después de 4 noviazgos que no llegaron a buen puerto, Tamara Falcó se refugió en la fe. Es católica y practicante desde ese año, algo que ha marcado su vida desde entonces y de lo que hace gala en todas sus intervenciones.

Dos años después conocía a su antepenúltimo novio, Enrique Solís, hijo de Carmen Tello y Miguel Ángel Solís:

Aunque la ruptura se confirmó antes que la relación, ya que Tamara y él jugaron al despiste diciendo que eran solo amigos. "Creo que pintaba bien [la relación], pero os lo cargasteis los periodistas, se me quitaron todas las ganas", dijo él a la prensa sobre el seguimiento que hacían los paparazzi cuando iban juntos a eventos. “Tengo un poco de celos de verle con otra chica”, se sinceraba Tamara después.

Tamara estuvo 3 años viviendo sola, pero tras la muerte de Miguel Boyer, decidió volver a casa. “Me independicé pero volví para acompañar a mi madre cuando enviudó y estar yo acompañada. Mi madre es fundamental en mi vida, me produce paz”, dijo entonces. En 2016 decidió tomar las riendas de su vida, volcándose definitivamente en su pasión, la moda, y llevando ella misma su comunicación tras prescindir de su antiguo representante. Entonces sufrió un notable aumento de peso provocado por un problema de hipotiroidismo que hizo mella también en su autoestima, ya que consideró que algunos medios se mofaban de su aspecto.

Se alejó momentáneamente de la prensa para volver recuperada un año después, tras un entrenamiento personal, varias dietas detox y visitas a la clínica Buchinguer. En 2018 daba su primera entrevista a Bertín Osborne en Mi casa es la tuya (Telecinco), y en 2019 ganaba MasterChef Celebrity en TVE.

Fue a principios de 2019, cinco años después de su última relación conocida, cuando Tamara Falcó comentó que estaba de nuevo ilusionada con Iván Miranda Álvarez-Pickman, nacido en Suiza y de familia aristocrática. “Han sido dos citas sin beso, por ahora, y un día a misa juntos. Es todo muy reciente. ¡Tanto que aún no se lo he contado ni a mi madre!”, dijo.

Pero el noviazgo fue un flechazo que duró solo unas semanas, y aunque Isabel Preysler decía que "si todo va bien, podría ser el definitivo", terminaron rompiendo, de forma amistosa, como con sus anteriores relaciones. Tras la separación, Tamara dijo que estaba feliz con su vida pero confesaba que a veces se siente sola, sobre todo cuando se daba cuenta de que sus padres y hermanos sí habían encontrado pareja.

Aseguraba entonces, con 37 años, que seguía buscando al hombre de su vida pero el matrimonio era condición sine qua non para tener hijos. “Me encantaría tenerlos pero tendría que encontrar un novio, alguien con el que me pudiera casar”, dijo a Bertín.

Tamara Falcó estuvo después un tiempo sin que le conociéramos pareja hasta que en 2020 apareció Íñigo Onieva. Los dos formaban parte del mismo círculo de amigos, entre ellos su primo, Álvaro Falcó -hijo de Fernando Falcó- y de su novia, Isabelle Junot. Tamara e Íñigo coincidieron hace dos años en el cumpleaños de otra de sus mejores amigas, Luisa Bergel, en Guadalupe (Extremadura). Una celebración en la que también estaban otros amigos como la actriz Lucía Guerrero -ex pareja de Onieva-, la modelo Teresa Baca o Carlos Cortina.

Comenzaba así su séptimo noviazgo, que saltaba a la prensa en noviembre de 2020, con un desconocido Iñigo Onieva del que apenas sabíamos que tenía 30 años (ocho menos que Tamara), una hermana actriz, Alejandra Onieva, y que era diseñador de coches, para lo que se había formado y trabajado en empresas como Seat y Zagato.

Pero pronto dirigió su carrera al ocio nocturno y la hostelería, pasión que comparte con Tamara, por lo que habían decidido montar juntos su primer restaurante, en El Rincón, donde también planeaban casarse.

Iñigo tiene negocios en la noche madrileña, como la dirección de Mabel Hospitality (restaurantes Tatel y Totó), cuyos socios son Enrique Iglesias -hermano de Tamara- Abel Matutes, Manuel Campos y Rafa Nadal; además de Lula Club, inspirado en el mítico Studio 54 de Nueva York.

El atractivo ex prometido de Tamara no terminaba de convencer a Isabel Preysler por su fama de fiestero y de mujeriego que ya trascendía a los medios (antes de que se filtrara el vídeo de él besando a otra chica). Hasta ahora, la marquesa de Griñón siempre había ignorado los rumores de infidelidad, diciendo que confiaba plenamente en su pareja y hablando del “amor con mayúsculas, cariño y respeto” que se profesaban el uno al otro en sus dos años de noviazgo, tal y como dijo en el comunicado con el que anunciaba su compromiso y que posteriormente borró.

Antes de mudarse con Tamara al lujoso ático que se habían comprado y presentado en su reality de Netflix, La Marquesa, Íñigo vivía en La Moraleja (Madrid) con su madre, Carmen Molas, ya que sus padres están separados y tienen otros respectivos matrimonios. La misma vivienda familiar en la que ahora está Íñigo Onieva refugiado, tras romper con Tamara Falcó y pedirle ella que abandone la casa que compartían hasta ahora.

Muchos se preguntan ahora cómo es posible que Tamara, católica practicante, aceptase vivir con su novio antes del matrimonio, algo que la Iglesia considera "vivir en pecado". Preguntada hace años por la virginidad, esquivaba la respuesta. “Esa es una decisión personal y ahí no me meto. Si para ti es importante, o si no, sé consecuente.”