Qué es la apnea del sueño que sufre Jorge Javier Vázquez y 5 millones de españoles: síntomas y tratamiento


El presentador la padece en estado “severo”, por lo que tiene que dormir conectado a una “maquinita” de oxígeno (CPAP), desvela en su blog de Lecturas
Explicamos en qué consiste este trastorno del sueño que afecta más a hombres (22%) que mujeres, y donde el 80% de casos no están diagnosticados
“Me han diagnosticado apnea severa, por lo que tendré que dormir con maquinita. Lo celebro". Así comunicaba Jorge Javier Vázquez, este martes en su blog de Lecturas, que padece este trastorno del sueño, con el que muchos se sentirán identificados, ya que se estima que lo sufre un 22% de los hombres y un 17% de las mujeres (entre 5 y 7 millones de españoles), aunque se cree que puede llegar a haber cerca del 80% de los casos sin diagnosticar.
Al presentador de Sálvame se lo han detectado después de muchas pruebas y análisis. “Dormir mal te hincha, eso lo sabe hasta este Papa que desquicia a los fachas y enamora a las personas de tan buena voluntad como yo. Y otra cosa es que no puede ser que siga roncando como lo hago. En el vuelo Bruselas-Kigali una señora se giró para detectar quién emitía esos sonidos tan escandalosos. Era yo", relata Jorge Javier sobre este trastorno, sin perder su habitual sentido del humor: "He llegado a roncar viendo a la inmensa Rosa Maria Sardà. Quien sufra de apneas sabe a lo que me refiero. Te entra tal tontuna en los momentos más inadecuados que parece que te hayas enchufado una racioncita de Propofol, ese sedante que se llevó por delante a Michael Jackson", escribía en su columna de Lecturas.
MÁS

¿Qué es la apnea obstructiva y severa del sueño?
La apnea del sueño (SAHS: síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño), es un trastorno que produce una pausa en la respiración de unos 10 segundos, a veces cada hora durante el sueño. Es uno de los trastornos respiratorios más frecuentes que se producen durante el sueño, ya que afecta al 38% de los adultos.
También se le conoce como síndrome de hipersomnia y respiración periódica (SHRP), y síndrome de Pickwick cuando está asociado con obesidad.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) se produce cuando los músculos que sostienen los tejidos blandos en la garganta, como la lengua y el paladar blando, se relajan de forma temporal. Cuando estos músculos se relajan, la vía respiratoria se estrecha o cierra y la respiración se corta por un momento.
¿Por qué se produce la apnea?
Se debe a episodios repetidos de obstrucción o colapso de la vía aérea superior que tiene lugar mientras la persona afectada duerme, debido a que la vía respiratoria se estrecha, se bloquea o se vuelve flexible.
Esta interrupción involuntaria del sueño produce una disminución de los niveles de oxígeno y un aumento del nivel de anhídrido carbónico (CO2) en la sangre, así como un pequeño despertar a menudo subconsciente (arousal), que permite recuperar la respiración normal hasta que se produce el siguiente episodio.
La mayoría de las apneas se producen durante la primera y segunda etapa del sueño, que representan una transición entre la vigilia y el sueño. Es en la tercera y cuarta etapa cuando el paciente descansa. Sin embargo es en la quinta etapa, cuando se producen los sueños y los músculos están totalmente relajados y atónicos, cuando suceden las apneas más largas.

¿Por qué se ronca con apnea?
Roncar es una consecuencia normal de la apnea. Cuando la respiración vuelve a la normalidad, el paciente reacciona con un ronquido fuerte o con un sonido parecido al que una persona hace cuando se atraganta.
¿Cómo se sabe si es leve o severa?
La apnea puede tener distinta gravedad, dependiendo de la frecuencia de las pausas. Se considera “leve” si las pausas ocurren entre 10 y 20 veces por hora: moderada si ocurren entre 20 y 30 veces por hora: y severa, como la de Jorge Javier, si ocurren más de 30 veces por hora.
¿Qué factores propician la apnea?
Algunas personas son más propensas que otras a la apnea del sueño. Entre ellas, las que sufren de retrognatismo mandibular (cuando hay mucha diferencia de tamaño entre el maxilar inferior y el superior); personas con la campanilla, el paladar blando, la lengua o el cuello muy grande o el maxilar y mandíbula muy pequeños; haber sufrido de niño de amígdalas o vegetaciones; obesidad y dormir boca arriba.
¿Por qué lo sufren más hombres que mujeres?
Por una cuestión hormonal, ya que las mueres tienen un factor protector que, sin embargo, se pierde en la menopausia, donde la incidencia se equipara.
¿Cuáles son los síntomas y peligros de la apnea?
Los efectos de la apnea en la vida diaria del paciente se traducen en somnolencia excesiva o fatiga crónica durante el día; trastornos respiratorios, cardiovasculares, psicológicos e intelectuales (dificultad de atención-concentración, depresión, ansiedad, cambios de ánimo, dolor de cabeza e irritabilidad).

Se ha demostrado que la apnea tiene una incidencia en los accidentes de tráfico, ya que la falta de sueño al volante es comparable a tener una tasa de alcoholemia en sangre de 0,10.
Siete horas de sueño es lo óptimo a partir de los 40 años, según un estudio de Cambridge.
El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), aunque leve, puede aumentar significativamente el riesgo de muerte súbita cardiaca. El SAOS se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares como hipertensión arterial, arritmias cardiacas, cardiopatía isquémica e ictus.
¿Cómo detectar la apnea?
En muchas ocasiones, una persona no es consciente de sus episodios de apnea durante la noche, por lo que la pareja, que pude monitorizar los movimientos extraños del paciente, es fundamental para su detección.
Es importante también estar pendiente del nivel de saturación de oxígeno en sangre, ya que esto también puede ser un síntoma de otra posible enfermedad. En Amazon se venden aparatos para medir la saturación, con un precio que oscila entre los 15 y 30 euros.
Para hacer un diagnóstico correcto de apnea, se lleva a cabo un estudio de sueño, llamado polisomnografía o poligrafía cardiorrespiratoria, donde se registra el flujo del aire, esfuerzo ventilatorio, la oxigenación sanguínea, la frecuencia cardíaca y las fases del sueño por las que pasa el paciente.

¿Cómo es la máquina que la minimiza?
La “maquinita” a la que hace referencia Jorge Javier Vázquez es un aparato llamado CPAP, que bombea aire bajo presión, conectada a un tubo con una mascarilla facial hacia las vías respiratorias. Su precio, por un equipo completo, ronda los 1.000 euros, aunque hay opciones más asequibles.
Esta mascarilla ayuda a hacer desaparecer los ronquidos nocturnos y la somnolencia durante el día. Este tratamiento no suele tener efectos secundarios graves, pero crea adicción en los pacientes, que una vez que la prueban, les cuesta dormir sin ella. Es por ello que solo se recomienda a las personas diagnosticadas de apnea.

El DAM, la alternativa a la máquina CPAP
Para los pacientes que no soporten dormir con una CPAP, o que tengan una apnea leve, existe otra alternativa más sencilla, un dispositivo de avance y ajuste mandibular (DAM).Su colocación aumenta el área faríngea y evita el colapso de la vía durante el sueño.
¿Qué agrava la apnea?
Se recomienda que el paciente cambie su estilo de vida, evitando el alcohol y los medicamentos que relajen el sistema nervioso tales como sedantes; llevar una dieta sana que permita bajar de peso, dejar de fumar y obligarse a dormir de lado. También hay procedimientos quirúrgicos que amplían la vía respiratoria.
Los últimos descubrimientos
Como ya les informó NIUS, Científicos de la Universidad de Granada (UGR), junto a profesionales del Hospital Virgen de las Nieves, han logrado por primera vez en el mundo curar esta dolencia, demostrando que no es una enfermedad crónica, como se pensaba, y que puede remitir en un 62 por ciento de los casos. Es un tratamiento de ocho semanas, basado en alimentación y ejercicio.
Por otra parte, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid emplea descargas electromagnéticas para curar la apnea del sueño. La terapia ha reducido los ronquidos un 88%. Las descargas relajan los músculos y los pacientes pueden dormir.