Miguel Ángel Revilla revela que su mujer tiene cáncer de colon: su historia de amor con Aurora, que le ofreció su riñón

Miguel Ángel Revilla visitó ayer El Hormiguero con motivo de los 80 años que cumplía este 23 de enero y su libro Toda una vida en el que hace un repaso de su trayectoria política y personal.

El presidente del Cantabria y secretario general del Partido Regionalista (PRC) se emocionaba al final de la entrevista al desvelar públicamente que su mujer, Aurora Díaz, que le acompañaba en el programa, padece un cáncer de colon.

“Ya la han operado y está con la quimio. Tiene mucha raza. Y ha venido aquí porque es el amor de mi vida. Es una cosa increíble lo que tengo con esta mujer”, dijo el político de su esposa y madre de su tercera hija (Lara), narrando cómo entró en su vida hace casi dos décadas.

“Yo le saco 17 años. Yo no soy ni Tom Cruise ni Bertín Osborne... Cierto es que ella era muy partidaria mía porque estaba afiliada al partido y me tenía a mí como líder. Yo he tenido tres operaciones de riñón". Fue a raíz de su participación en el programa de televisión La Noria (Telecinco) cuando “alguien debió de intuir que yo necesitaba un trasplante de riñón”, continuaba diciendo. “Sorprendentemente, seis personas se ofrecieron a donarme el suyo. Una de ellas era Aurora Díaz, mi mujer. Ojo: en aquel momento yo no era presidente ni nada. Es más, era un tío al que muchos insultaban por la calle por no haber tragado y por no haber hecho un pacto”, explicaba Revilla.

El político se dirigió entonces al público donde estaba sentada Aurora y le cantó su ranchera preferida. La mujer de Revilla reaccionaba indicando que se encontraba “bien” de su enfermedad. El otro día me pusieron medio litro de hierro en vena… Tengo una energía que te puedo seguir ya”, decía Aurora, relatando cómo sufrió cuando en sus sesiones de quimioterapia vio a un niño de seis meses enfermo: “Le dije a la madre: Pobrecito. Si a mí no me pasa nada, al fin y al cabo. Siempre hay gente peor”.

No es la primera vez que el presidente cántabro expresa en público el amor que profesa a Aurora Díaz Abella, la leonesa de 63 años con que comparte su vida desde hace dos décadas, madre de tercera hija, Lara (24 años)

Revilla se casó a finales de los 70 con María del Pilar Hoyo, con quien vivió en Piélagos y tuvo a sus dos hijas mayores, Pili (42 años) y Jana (35). Era el tiempo en el que el profesor y economista entraba de lleno en política tras ser elegido como diputado del parlamento de Cantabria.

Este primer matrimonio se rompió y el presidente de Cantabria se casó posteriormente con Aurora Díaz, a quien conoció cuando ella trabajaba como secretaria en el PRC, y apareció en el hospital, dispuesta a donarle un riñón, tal y como relató en El Hormiguero y en entrevistas anteriores. "Se presentó en Valdecilla a decirme ‘tengo un riñón que me sobra’. ¿Dónde hay que ir a un notario que me quedo contigo?", contó a Jesús Calleja en la aventura que compartieron en 2017.

"Por lo menos ya sabes que está dispuesta a darte en el riñón. Si luego te da el corazón…", recuerda Revilla que pensó de la mujer 17 años más joven que él, por la que sintió un flechazo inmediato.

Aurora también acompañó a su marido en la entrevista que concedió al programa de Bertín Osborne, Mi casa es la tuya, donde recordó cómo Revilla la conquistó llevándola a su pueblo natal (Salceda) y cantándole rancheras como la que le ayer le dedicó en El Hormiguero.

Aurora ha sido el apoyo en la sombra de Miguel Ángel Revilla durante sus cuatro mandatos como presidente de Cantabria, desde que accedió al cargo por primera vez en 2003, aunque reconoce no “meterse mucho en el trabajo de él”. “Yo soy la que le pongo los pies a ras del suelo”, dijo en otra de sus entrevistas, para Susanna Griso.

La pareja vive en El Astillero, un municipio cercano a Santander con menos de 20.000 habitantes, en un piso de unos 120 metros cuadrados. Según contaron a Bertín Osborne, la última vez que salieron juntos de Cantabria fue hace más de quince años, cuando pasaron tres días de verano en Galicia.

El pasado noviembre, cuando Revilla, el presidente autonómico de mayor edad, anunció que presentaba su candidatura para la reelección, concedió una entrevista a NIUS en la que dijo sentirse perfectamente capacitado, después de haberse hecho varias revisiones de salud, aunque reconoció que la que no estaba tan contenta era Aurora, su mujer. "Está tremendamente cabreada", confesó, aunque añadió que ella ya sabía con quién se casaba y da por hecho que las aguas volverán a su cauce antes del 28 de mayo, el día de las elecciones autonómicas y municipales. “Mi mujer está cabreada, enfadada, pero sabe con quién se casó, que se casó con alguien que no era director de banco. Ella era militante del partido y sabe lo que hay. Y aunque no está de acuerdo, entiende que si los demás me han escrito 63 cartas personales, mi obligación es aceptar”, dijo.

Pese a haberse mantenido siempre en un segundo plano, Aurora no ha dudado en romper esta regla para defender a su marido cuando ha hecho falta. En 2010, Revilla fue criticado por llegar en taxi y con una lata de anchoas de Santoña a la Zarzuela. “Hay que ver lo que es el mundo, cualquiera se hace famoso con una anchoa y un taxi”, dijo el entonces consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, José Ignacio Echevarría. Un comentario que hizo reaccionar a la mujer de Revilla: “Oiga, no es por eso, sino por ser honrado y buen gestor. Él ha ido en taxi toda la vida, pero al ser presidente se nota más”.

En 2014, el político se convirtió en abuelo al dar a luz su hija Pili a su primer nieto, Bruno.  “Me ha hecho ilusión, lo que pasa es que me coge un poco mayor para que nos disfrutemos mutuamente. Me hubiera gustado tenerle con 60 años”, decía entonces en una entrevista en Las mañanas de Cuatro.

Mientras que Pili y Jana son “muy tranquilas”, es Lara, su hija pequeña, la que parece haber heredado su carácter luchador y reivindicativo, y está más interesada en la política. “Regionalista cántabra. Feminista. Progresista", se define en sus redes sociales Jana, que forma parte de las Juventudes Regionalistas de Cantabria, por lo que no sería de extrañar que en un futuro siga los pasos de su padre.

Revilla también recordó su infancia en un colegio de curas donde le hicieron bullying: “Los salesianos donde yo estudié me traumatizaron y quiero llamar la atención a los niños que practican el acoso. Cuando llegué a ese colegio tenía 11 años, me metí dos días al comedor asombrado de que allí hubiese esa comida, hasta que el segundo día un cura me cogió en el aire y me llamó gorrón delante de todo el comedor. Así me llamaron desde entonces… No hice vida allí, aprobé malamente, si no te sabías todos los cabos en orden te daban un reglazo… Al terminar de ahí, les dije a mis padres que quería hacer Económicas en Bilbao, la facultad más dura, mi padre me daba 500 pesetas al mes y tenía que trabajar para pagarme los estudios, pero pasé de no aprobar nada a sacar matrículas de honor, con los curas estaba acomplejado, me llamaban el mudito, ¡fíjate!. En Bilbao me demostré a mí mismo que valía”, relató Revilla.

El presidente de Cantabria, uno de los políticos españoles más populares y queridos, por su discurso cercano y sencillo en entrevistas que casi siempre baten récord de audiencia, quiso dar unos consejos a toda la gente que le sigue: “Yo estoy altamente sorprendido de lo que la gente me quiere, sobre todo los jóvenes que me ven por la calle y me señalan, y me gustaría dar unos consejos: no aguanto a los prepotentes, prefiero ser normal, yo soy normal, no he robado nunca y es rentable no robar, jamás en la vida he utilizado una zona vip del aeropuerto, no he ido nunca en business, me da vergüenza”.

 “La envidia, hay mucha envidia en este país hay que pensar que estás mejor que la mayoría. El rencor, hay gente que hasta lo canta. No hay en el mundo quien me pueda comprar, me puedo equivocar, pero no comprar”. A todos los que me han hecho tropelías nunca les he negado la mano”. “Por último, está muy bien ambicionar, pero no con exceso. Hay que dejar a los hijos algo más importante que el dinero porque, además, cuando te vas a morir y has acumulado una fortuna tan grande, igual te jode más morirte”. Prefiero que mis hijas y mi nieto cuando alguien les pregunte por mí digan que fui un hombre que luchó por su tierra y nunca robó”.