Isabel Preysler usa a Tamara Falcó para atacar a Vargas Llosa: “Se reía de ella en su relato ‘Los Vientos’. Es caer muy bajo”

Se confirma que Isabel Preysler ha decidido ‘declarar la guerra’ a Mario Vargas Llosa tras su ruptura el pasado 28 de diciembre, tras ocho años de relación. Después de atribuirle “celos infundados” como el motivo de la separación, y de filtrar la carta que le envió su ex mujer, Patricia Llosa, al comienzo de su romance, este miércoles la socialité vuelve a la portada de ¡Hola! con unas incendiarias declaraciones contra el Nobel.

“Hay un límite para todo y lo han traspasado. No voy a permitir que se metan con ninguno de mis hijos”, dice hoy Isabel Preysler (71 años) en su revista de cabecera, donde acusa al escritor de haber humillado a su hija, Tamara Falcó (41), en su relato Los Vientos (2021).

Aunque Vargas Llosa (86) niega que su cuento publicado hace dos años, en el que el protagonista dice estar desencantado con su pareja, de la que se había “enamorado con la pichula” y añorar a su ex mujer, estuviera dirigido a Isabel, “a la que nunca ridiculizaría”, según dijo al diario El Mundo, argumentando que lo había escrito mucho antes, la filipina asegura ahora que el escritor añadió después dos párrafos que sí iban dedicados a su hija, Tamara Falcó.

"No me voy a quedar callada si se meten con mis hijos", declara hoy Isabel Preysler en ¡Hola!, asegurando que no está “resentida, molesta o enfadada”. Pero que sí tiene un límite “y ese límite son mis hijos".

La madre de Tamara Falcó se refiere a esta parte de Los Vientos, en la que el autor habla de la obsesión por la estética. "Cuando les pregunté por qué se preocupaban tanto por las cremas, los ungüentos, los aceites, los noté incómodos, como si hubiera violado un terreno íntimo. Luego de una larguísima pausa, uno de ellos murmuró: 'Nuestro cuerpo es sagrado y hay que cuidarlo'. Para ellos, en verdad, lo sagrado son las perfumerías y las farmacias. Me preguntaron si no me había echado algo para el sol y como les dije que no, que nunca usaba cremas protectoras, se escandalizaron. Me confesaron que todo el dinerito que ganan con trabajos eventuales y las pensiones que recibían por el mero hecho de existir, los invertían en comprarse pastillas, lociones, tónicos, todo aquello que impide el deterioro de la piel, los ojos, los dientes. La Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de Doctor en Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa".

Es esta última parte, en la que Vargas Llosa alude a la Teología y la Gastronomía, las dos pasiones conocidas de Tamara Falcó, la que tiene convencida a Isabel Preysler de que el texto, presuntamente añadido después, es un ataque a su hija.

"Mario añadió dos párrafos a su famoso cuento. Hablaba de las islas Marquesas -en referencia al marquesado de Griñón que Tamara heredó de su padre- y se reía de ella, una niña que solo ha sido amorosa con él", revela Preysler ahora.

"Meterla en todo esto me parece caer muy bajo. Hay un límite para todo y lo han traspasado", señala sobre la versión de Los vientos, presuntamente corregida antes de su publicación.

Como decíamos, Mario Vargas Llosa negó que Los Vientos fuera autobiográfico e insistió en que estaba escrito mucho antes del final de su historia de amor con Isabel Preysler. Pero lo que no sabíamos es que habría añadido dos nuevos párrafos, que ahora su ex utiliza para lanzarle un nuevo ataque.

Lo hace en un momento en el que Mario Vargas Llosa parece haber pasado página, en medio de rumores de reconciliación con su ex mujer, Patricia Llosa, con la que se encuentra ya en París, un día antes del acto por el que se convertirá, este jueves 9 de febrero, en el primer escritor latino que ingresa en la Academia Francesa de la Lengua.

Ha sido el hijo mayor de la ex pareja, Álvaro Vargas Llosa, el que ha compartido una imagen con sus padres desde su casa en la capital francesa.

La "ciudad del amor", donde Mario y Patricia se enamoraron hacer casi 60 años, ha sido testigo de su primera foto juntos desde que el Nobel de Literatura rompiera con Isabel Preysler, y después de varios encuentros familiares en Madrid.