5 aciertos inesperados de Buenafuente y otros presentadores de TV en tiempos de pandemia


El showman, reconocido con el Premio Nacional de TV 2020 por su "relevante contribución al medio" en la crisis del coronavirus
Analizamos los hallazgos que trajo el confinamiento en la forma de entretener de muchos programas
Andreu Buenafuente arrancaba ayer su programa, conectando con la cantante Karina a través de videollamada para hablar de su vídeo viral sobre el uso de la mascarilla:
Los casi 40.000 Kariners van a gozar mucho con esta breve videoconferencia. pic.twitter.com/nlFaE9UBGh
— Late Motiv en Movistar+ (@LateMotivCero) September 14, 2020
Risto Mejide hacía hoy lo propio con Jesús Vázquez para comentar la repercusión de su charla con Bertín sobre el caso Arny:
.@_JesusVazquez_ responde a Mariola Cubells: "Es un poco turbio todo" #TodoEsMentira15S https://t.co/MqMDpgtHJO
— Todo Es Mentira (@todoesmentiratv) September 15, 2020
Las entrevistas por Skype están ya totalmente integradas en nuestra televisión, pero solo tienen seis meses de vida, y hace un año eran inimaginables. O el invitado venía a plató o había que conformarse con la tradicional y distante llamada de voz telefónica.
La llamada "televisión en casa" es solo una de las secuelas positivas que dejó la pandemia en el sector del entretenimiento. Como casi todos los hallazgos, nació de una necesidad y de forma accidental.
Pero estaba llamada a quedarse cuando acabase el confinamiento, y así ha sido. Los programas se ven ahora enriquecidos con la posibilidad de tener en plató a un sinfín de invitados sin necesidad de tener que desplazarse.
Uno de los presentadores que ayudó a popularizarla fue Andreu Buenafuente, galardonado hoy con el Premio Nacional de Televisión, entre otras cosas, por su “relevante contribución al medio televisivo durante el periodo de la pandemia".
Pero el presentador de Late Motiv no fue el único que se subió a esta ola de innovación en los meses que estuvimos encerrados en casa. Desde que se decretó el estado de alarma el pasado 14 de marzo, todas las cadenas reaccionaron rápidamente generando nuevas formas experimentales de entretener.
Aunque la lectura, la radio, la música o internet podían colmar nuestras necesidades de ocio e información, la televisión seguía siendo para muchos la mejor compañía, además de una imprescindible “ventana al mundo” en tiempos de aislamiento y claustrofobia. Así lo confirmaban las audiencias disparadas en esas semanas.
El confinamiento y el descenso de la publicidad obligó a un nuevo tipo de televisión, más contenida, más precaria. Pero también, más auténtica. Se renunció de forma temporal al espectáculo, al calor del público, al glamour, a las actuaciones en directo o a los estrenos de grandes formatos.
Pero no hay mal que por bien no venga. Y hoy conviene recordar que la televisión del confinamiento también trajo muchas ventajas y lecciones que explican su éxito y pueden servir de inspiración para el futuro. Estas son algunas de ellas:
1. Una televisión más directa, más íntima, más acogedora
El público se echaba en falta en los platós, pero lo cierto es que mucho menos de lo que imaginábamos.

Los programas se hacían con equipos reducidos y a veces con la mitad de sus colaboradores, ya que algunos optaron por quedarse en casa, lo que nos permitió conocer caras nuevas.
De esta forma, lo que a priori parecía una desventaja, se convertía a menudo en un 'plus'. Había menos dispersión de rostros, de personajes, de acontecimientos... Y de repente nos encontrábamos con que teníamos el foco en otros protagonistas que sí estaban al pie del cañón en los platós. Cristina Cifuentes fue, por ejemplo, una de las colaboradoras cuya presencia se vio fortalecida en el confinamiento.
Marta López agradece a Cifuentes todo el apoyo que le ha mostrado en la esfera privada #MerlosPlace #YaEsMediodía473 https://t.co/Ngihiaqxwf
— Ya es mediodía (@yaesmediodiatv) April 30, 2020
Ocurrió también en la televisión menos generalista. La reinvención de formatos como La Resistencia, transformado esos días en Lo que de verdad importa, nos dio la oportunidad de conocer a colaboradores que hasta ahora estaban en un segundo plano. Es el caso del músico Grison (Marcos Martínez) o el cómico Ricardo Castella, ahora compartiendo protagonismo casi en la totalidad del programa con David Broncano y Jorge Ponce.
Cuarto Milenio feat. Callejeros #LoQueDeVerdadImporta pic.twitter.com/XITHOTUK6m
— Lo Que De Verdad Importa en Movistar+ (@LaResistencia) April 29, 2020
La ausencia de invitados en plató se compensaba, para bien, con más minutos de televisión a los colaboradores y a sus historias y opiniones personales, como vimos también en muchos otros formatos como Sálvame, Todo es mentira o El hormiguero.
De esta forma, la televisión del confinamiento perdía espectacularidad, pero ganaba en intimidad. La tele de esos meses tenía un aspecto más acogedor. La contención obligaba a ir a la esencia, a prescindir de lo superfluo, del artificio, del adorno y a disfrutar de los primeros planos y los testimonios personales.
.@andresiniesta8 cuenta a @ristomejide cómo ha adaptado su vida en Japón para afrontar la crisis del coronavirus lo mejor posible https://t.co/85VkiElq1L
— Cuatro (@cuatro) May 7, 2020
El presentador y sus colaboradores charlaban entre ellos con más naturalidad que nunca, como si estuvieran (y es que lo estaban) en el salón de sus casas. La videollamada les obligaba a mirar y hablar a cámara constantemente, en lugar de hacerlo entre ellos y de perfil como antes, de forma que el espectador tenía la sensación de que los personajes se dirigían a ellos, de una forma más directa y cercana.
2. ¿Por qué tener un invitado cuando puedo tener 10?
Al principio, la videollamada pilló algo desprevenidos a los equipos de programas, que tuvieron que adaptarse al Skype en tiempo récord, lo que daba lugar a conexiones bastante desastrosas técnicamente, con retardos de sonido y poca calidad de imagen.
Pero una vez superado el entrenamiento y perfeccionada la técnica, las ventajas eran evidentes. Por un lado, la comodidad del invitado de conectar desde cualquier lugar, a cualquier hora, sin necesidad de desplazarse o pedir que vaya un equipo de televisión a grabarle.
La fórmula ya fue aprovechada cuando acabó el confinamiento por el programa La última cena de Telecinco, que ofreció memorables conexiones con Belén Esteban desde casa, y que ya ha sido renovado por otra temporada:
La PILLADA a Belén Esteban #LaÚltimaCena3 https://t.co/Qa6jhBNncH pic.twitter.com/CTCZph7LPd
— La última cena (@laultimacenat5) June 5, 2020
Por otro lado, el sistema Zoom trasladado a la televisión, que permite que un número inagotable de invitados puedan sumarse a la "fiesta" en cualquier momento, abre un abanico de posibilidades a los actuales programas de televisión.
¿Se acuerdan de VIP Noche, el programa de los 90 con nueve casillas-balcones y un famoso en cada una de ellas? Ahora se podría recrear algo parecido sin necesidad de que los invitados estén en plató.

3. Los presentadores son más cercanos
“Sin herramientas somos más sinceros”. “La perfección puede ser fría, la imperfección puede ser humana y caliente”, reflexionaba Andreu Buenafuente en una entrevista en la que hablaba de lo aprendido en la TV del confinamiento. Y no le faltaba razón.
La televisión se quitó el corsé. La cuarentena fue un paréntesis en el que “todo valía”, lo que permitió a los presentadores bajar la guardia y ser ellos mismos. Aunque a más de uno les jugó una mala pasada, lo cierto es que resultaba muy refrescante ver esa nueva televisión más informal, espontánea, generosa y sensible.
Pedro Piqueras fue el primero en romper el esquema de su informativo, con videollamadas a famosos de todos los ámbitos, que antes de la pandemia habrían sido impensables en un formato 'serio'.
Todo era nuevo. Y aunque sus invitados le pedían que les tutease -algo complicado para un veterano director de informativos acostumbrado a entrevistar a políticos de alto nivel-, era inevitable que Piqueras y sus entrevistados terminasen en un ambiente distendido y poco habitual que el público agradecía:
Blanca Suárez y Pedro Piqueras en modo amigos, muero por favor ? pic.twitter.com/g9IoeQW8X7
— Bee's ? (@beelovedonearth) April 30, 2020
“Es un campo de experimentación como nunca antes había imaginado. Por ejemplo, grabar una pieza de mi hija con un gato; esto en un programa convencional era absolutamente inviable”, reconocía Buenafuente. Y es que el showman se mostraba también más cercano que nunca esos días, regalando algunos momentos cotidianos con su mujer, Silvia Abril, y su hija Joana, a la que era habitual verla pasearse por el salón como si nada, mientras su padre estaba en directo:

El éxito de la naturalidad de esas apariciones hizo que Buenafuente eligiese a su hija, precisamente, para anunciar su regreso esta temporada. Una promo en la que ésta le decía: "Papá, tienes que volver a tu cole".
4. Los famosos despertaron nuestro lado más "voyeur"
Los famosos abrieron así una ventana a su siempre tan protegida privacidad. Las videollamadas nos permitieron entrar en sus casas, husmear en las decoraciones de sus dormitorios, sus baños, sus cocinas; comentar sus vestuarios informales, sus pijamas... o descubrir a sus parejas o a miembros de su familia. Solo con los hogares de famosos que vimos esos días en televisión, la revista ¡Hola! tendría portadas para un año.
Surgieron incluso cuentas en la red, como Room Rater, que aún hoy se dedica a puntuar la decoración de las casas de los personajes en las videollamadas que suceden cada día en televisión, como esta al actor Ted Danson:
Flowers. Kitchen set up with blown out lighting. Lost opportunity. 5/10 @TedDanson pic.twitter.com/13wTMYXzok
— Room Rater (@ratemyskyperoom) September 15, 2020
Los espectadores se divertían descubriendo detalles concretos de las casas de los famosos, como el “todo al rojo” de la política Rosa Díez, que no pasó desapercibido:
Rosa Díez y su habitación es un sueño de Twin Peaks. pic.twitter.com/4qttWtpgPB
— Ivanjode (@Ivanjode) April 5, 2020
También se fijaron en el cuadro de la actriz Anna Castillo o el recuerdo de Telecinco en la estantería de Máximo Huerta:

¿Y quién nos iba a decir que veríamos a la infanta Elena, sin maquillar, en un vídeo de Youtube? Hasta los 'royals' se relajaron en confinamiento.:
5. La TV, más divulgativa que nunca
Es la eterna reivindicación de los intelectuales: "La televisión ha de educar además de entretener". Y la respuesta de las cadenas generalistas siempre ha sido la misma: "Le damos al público lo que quiere".
Pero desde el comienzo de la pandemia, el público quiere SABER. Nunca antes ha habido más necesidad de información de rigor y contrastada sobre un tema concreto.
Las cadenas han atendido a ese reclamo y se ha producido la cuadratura del círculo: el infotainment o información + entretenimiento.
La televisión es más divulgativa, educativa y estimulante que nunca. En los últimos meses vemos a diario cosas que hace muy poco nos parecerían insólitas, como filósofos, escritores o científicos prestigiosos conversando largo y tendido con el presentador desde sus casas en pleno prime time.
La filósofa Adela Cortina, que durante el confinamiento salía todas las televisiones, es un buen ejemplo del proceso de “intelectualización” de la televisión en este período:
.@utilitainutile (filósofo): "La literatura y el conocimiento son las herramientas para mantener la lucha de la memoria contra el olvido."#TodoEsMentira28A #LoEstamosConsiguiendo https://t.co/ncYpahDQmM pic.twitter.com/WSY03rP1kd
— Todo es mentira (@todoesmentiratv) April 28, 2020

El coronavirus nos dio y nos sigue dando, gracias a la televisión, un Máster acelerado en historia, ciencia, medicina, psicología o incluso economía:
#LoEstamosConsiguiendo Caída histórica del PIB español: -5,2% https://t.co/5c9F7KTNUK pic.twitter.com/UhmrbR50pK
— Cuatro al día (@cuatroaldia) April 30, 2020
Asistimos a “clases” de todo tipo. Desde la historia del capitalismo, la globalización o la virología, a cómo superar el insomnio, hornear pan en casa, hablar idiomas...
Algunos también aplaudieron que este tipo de información también estuviera muy presente en programas tan populares como Sálvame y pudiera así llegar a más gente:
Que Sálvame esté dedicando un rato a explicar a su audiencia cosas como: "Abuelos, no beséis a los nietos" tiene mucho más impacto que muchas de las cosas que se tuitean y opinan desde nuestra estúpida superioridad moral.
— Ángeles Caballero (@macaballeroma) March 10, 2020
La fiebre divulgativa en el contexto actual del coronavirus aceleró la puesta en marcha de formatos como los de TVE Muévete en casa, para el entrenamiento deportivo, o Aprendemos en casa, del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Así como los de Mediaset Un doctor en casa, con los consejos del médico Julio Armas, o Iumiuiky, con recomendaciones para el uso de mascotas:
Nuestras mascotas también están confinadas y necesitan desfogarse con juguetes en casa. Estos consejos son más últiles que nunca ? #Iumiuky, los domingos por la mañana en Cuatro https://t.co/7v2ZaZr5DB
— Cuatro (@cuatro) April 27, 2020
Extra. Descubrimiento de programas y personajes
El confinamiento también nos descubrió novedades interesantes y personajes con gran potencial televisivo. Por ejemplo, el hasta entonces desconocido José Antonio Ruiz, el aventurero de Mzungu: Operación Congo (Cuatro) y su creación de una escuela en un país africano:
Nuevas complicaciones en la construcción de la escuela amenazan la ejecución del proyecto en el tiempo planificado. Además, el equipo se verá rodeado por un grupo de gorilas en plena naturaleza. Sigue la aventura de '#Mzungu, Operación Congo', el miércoles a las 22:45 horas ?¬ンᄂ️ pic.twitter.com/x4VY72mzxp
— Planeta Calleja (@Planeta_Calleja) April 21, 2020
Otro hallazgo fue el del entrañable pastor benasqués Zacarías Fievet, y sus charlas serenas e interesantes con famosos, en el programa Entre ovejas de TVE, estrenado también en cuarentena:
Anabel Alonso y Baltasar Garzón nos han contado cuál ha sido la decisión más importante de sus vidas.#EntreOvejas
— La 1 (@La1_tve) April 29, 2020
▶ https://t.co/WWV9PhkiaR pic.twitter.com/cT2wTqD4CG