Prohibidos los besos: el cine y las series se reinventan por el coronavirus

Los equipos de ficción se preparan para retomar los rodajes, parados por la pandemia, a la espera de tener el permiso del gobierno
Los guiones se reescriben suprimiendo escenas íntimas o contándolas de otra forma, para cumplir el distanciamiento social
El sector tiene listo un protocolo único de medidas sanitarias preventivas, pendiente de aprobación para empezar a grabar
El mundo del cine y las series, uno de los más afectados por el parón del coronavirus, también se enfrenta a su particular desescalada del confinamiento.
El sector se prepara para ir retomando poco a poco los rodajes, parados desde hace semanas, pero adaptándose a la nueva situación de pandemia. Nada volverá a ser lo mismo, al menos a corto plazo, tampoco en la ficción.
Para empezar, se acabaron los besos, caricias, abrazos o cualquier gesto íntimo que pueda propiciar un contagio entre los actores. Los guionistas han tenido que reinventarse para reescribir los guiones, ingeniándoselas para contar la misma historia pero respetando las actuales normas de distanciamiento social.

Así lo advertía este miércoles, por ejemplo, Macu Tejera, guionista de series de televisión como Amar es para siempre, que ya ha empezado a cambiar algunas escenas para eliminar el contacto físico. Pero, ¿cómo es posible rodar una serie o película, sobre todo cuando es romántica, sin besos?
"Contamos con la complicidad del espectador, que esperamos nos ayude a rellenar los huecos que van a quedar vacíos en el relato", dice la escritora y guionista, ganadora del IV premio Pilar Miró 2003, en declaraciones a la SER.
En concreto, se enfrentan al reto de replantear algunas escenas que se quedaron pendientes de rodar antes del estado de alarma. “Ahora tendremos que jugar a cortar la secuencia antes del beso, dejarla en alto, sin resolución, o suplir el beso con otros gestos, como sonrisas o miradas, que reflejen el mismo sentimiento y sean comprensibles para el público”, dice.
El COVID-19 no solo se llevará por delante los besos en los rodajes inmediatos. También las escenas corales, como una manifestación o una boda, por ejemplo, tendrán que ser suprimidas o contadas de otra forma, sobre todo en películas o series históricas, como Cuéntame, o con muchos personajes como La que se avecina.

Es algo a lo que ya se está enfrentando Macu Tejera. "Precisamente teníamos que rodar la secuencia de las primeras elecciones del verano de 1977, para lo que habíamos contratado a una serie de figurantes, y ahora lo hemos tenido que cancelar porque ya no se puede hacer”. La solución, que "los personajes cuenten lo que ha pasado sin que se vea, o mostrar el antes (cuando van a votar) y el después (cuando salen de votar)". "Nos está condicionando mucho", reconoce la guionista.
El distanciamiento social cambiará la forma de trabajar de los equipos en esta etapa de desconfinamiento, no solo en el guion, sino en otros aspectos de un rodaje, como los concurridos caterings de los actores en los parones, por ejemplo.
La actriz Natalia de Molina, ganadora de dos Goyas por Vivir es fácil con los ojos cerrados (2014) y Techo y comida (2016), es consciente de que "todo va a ser diferente a partir de ahora". "Es tan raro todo lo que estamos viviendo, que parece una película", dice la intérprete granadina de 29 años, que también vio alguno de sus proyectos interrumpidos por la pandemia.

En marcha un protocolo común de medidas sanitarias
En cualquier caso, se trata de medidas preventivas que tendrán que tomar todos los equipos de producción de series y televisión, a la espera de que haya un protocolo común.
En este sentido, la Spain Film Commission trabaja con todas las comisiones autonómicas para aprobar un protocolo único de seguridad sanitaria que permita reiniciar cuanto antes los rodajes, empezando por los de carácter local, aunque para ello necesitan que el sector se incluya en las medidas de apoyo gubernamentales.
El protocolo cumplirá "estrictamente" las medidas dictadas por el Ministerio de Sanidad y que deben ser aplicadas por las Comunidades Autónomas, de quien dependen las diferentes Film Commissions que gestionan los rodajes audiovisuales, ahora parados.
Más de 300 rodajes parados en España
Más de 300 rodajes (nacionales e internacionales) se han tenido que suspender en España desde el inicio del estado de alarma y, si no se permite que se reinicie el trabajo ni se incluye al sector cultural en las ayudas del gobierno por la crisis del coronavirus, la situación puede ser dramática, han explicado a Efe fuentes de la Spain Film Commission.
El protocolo establecerá medidas específicas de seguridad sanitaria tanto antes, como durante y después de los rodajes.
La presencia de personal sanitario, que valide que las personas que participan en los rodajes no tienen la COVID-19 ni han estado en contacto con focos de infección, es una de las medidas principales.
La idea es empezar con proyectos sencillos, rodajes pequeños en lugares cerrados y controlados, con solo el personal esencial, y estableciendo trabajo a distancia en las tareas que sea posible.
Pero para reiniciar los rodajes, insisten, es necesario contar con la autorización y el apoyo del Gobierno, que todavía no ha aprobado medidas de apoyo al sector cultural.
Las Film Commission de Mallorca, Canarias y Andalucía son las que más adelantado llevan el protocolo, que tiene que ser validado en cada caso por las autoridades autonómicas.
Rodajes que se podrían desarrollar además en las zonas con menor incidencia del coronavirus, ya que en algunas áreas de Andalucía, la tasa "es casi nula", ha recordado la directora, Piluca Querol.
"Es necesario que los organismos de Sanidad y Riesgos Laborales incluyan a la industria audiovisual dentro de las medidas generales", ha precisado la responsable de la Andalucía Film Commission, que también ha indicado que solo en esta comunidad autónoma se han suspendido 120 proyectos.
En el caso de Mallorca hay pendientes tres series de ficción, cinco largometrajes, 35 producciones internacionales de publicidad, 5 documentales y 3 cortometrajes.
"Ahora mismo las pérdidas son de unos 28 millones de euros, que podrían llegar a 35 millones y 6.500 puestos de trabajo, si no se empieza a rodar hasta junio", ha indicado Pedro Barbadillo, director de Mallorca Film Comission.