La Primitiva de 4,7 millones de euros sellada hace nueve años en A Coruña sigue sin dueño


Durante este tiempo, más de 200 personas han reclamado ser los propietarios del boleto
La policía cree que el lotero que dijo haber encontrado el billete en su despacho engañó al acertante
2 de julio del año 2012. Ese día, un lotero de A Coruña dice haber encontrado un billete de la Primitiva en su administración. Alguien se lo ha olvidado, asegura, sobre un mostrador. No es un boleto cualquiera. Está premiado con 4,7 millones de euros.
Así comienza una historia rocambolesca que hoy, nueve años después, sigue sin tener un final. El caso está en manos de la justicia, con las sospechas policiales de que el lotero engañó al legítimo dueño del boleto. Más de 200 personas han reclamado ser, desde entonces, los propietarios del dinero. Pero ninguna ha conseguido acreditarlo.
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A día de hoy se desconoce quién selló aquella Primitiva. Se sabe que la compra se efectuó el 26 de junio de ese mismo año en la administración de un centro comercial de la ciudad. Una persona adquirió cuatro billetes de forma automática. El sorteo se celebró cuatro días después, el 30 de junio. Uno de esos boletos estaba premiado con los 4,7 millones de euros.
El hallazgo se mantuvo un año en secreto
El billete millonario apareció el 2 de julio en otra administración de loterías de la ciudad, situada en la plaza de San Agustín. Alguien se lo había dejado olvidado allí, según el lotero. Pese a que este comunicó a la delegación provincial de Loterías y Apuestas del Estado su aparición, el hallazgo se mantuvo durante un año en secreto.
Siete años después de la aparición del boleto, la policía tumbó la versión del lotero. Sus indagaciones apuntaban a una presunta estafa urdida por el dueño de la administración, Manuel Reija, y por su hermano, que era delegado provincial de Loterías y Apuestas del Estado.
¿Le ocultó el lotero al acertante que el boleto estaba premiado?
La Policía Judicial comprobó que la máquina de esta administración, situada en la calle Pío XII, demuestra que el lotero comprobó un lote de cuatro boletos –los mismos que el acertante había adquirido días antes en otra administración de un centro comercial de la ciudad-. Dicen que cuando comprobó el premiado saltó en el terminal un mensaje que ponía “premio superior”. No informó al apostante del premio millonario pero sí, asegura la policía, le abonó otro de tres euros.
Minutos más tarde, cuatro exactamente, el lotero volvió a consultar otra vez los resguardos hasta encontrar el premiado, que pasó una tercera vez por la máquina –se entiende que para cerciorarse-. Las versiones del lotero no concordaron con las investigaciones policiales y, por eso, el juzgado citó a declarar al lotero y a su hermano. En noviembre de 2020, en su declaración, el dueño de la administración dijo que si hubiese actuado de mala fe, se hubiese marchado a Canarias con el dinero.
Actualmente, el premio ya valdría varios millones de euros más, por los intereses que ha ido acumulando desde entonces. Habrá que ver qué decide la justicia y quién se queda con el premio millonario de esta Primitiva.