La emoción de los bomberos al salvar pinsapos centenarios entre el caos del incendio en Sierra Bermeja

“Nuestro objetivo es salvar todo lo que podamos”, aseguran a NIUS fuentes de INFOCA mientras almuerzan algo muy rápido para volver al frente. Con la voz rota, de gritar durante toda la noche y de trabajar casi sin descanso desde el miércoles. El infierno del fuego sigue activo, y ya ha calcinado cerca de 8.000 hectáreas.

Sobre el terreno, según los últimos datos, casi mil efectivos, 996, y 51 medios aéreos luchan contra el incendio en Sierra Bermeja. Detrás de cada uno de los profesionales hay una historia por contar. Los que llevan desde el miércoles lejos de su familia y han faltado al primer día de colegio de sus hijos, los que han perdido a un amigo de batalla, los que vuelan sin y con miedos, los que se encuentran de cara el monstruo envuelto en llamas y tienen que cambiar los planes, los que tienen recuerdos de niños disfrutando en el monte ahora convertido en cenizas…, y así, podríamos contarles hasta 996 historias distintas.

Ahora mismo todos tienen algo en común, trabajan con el objetivo de acabar con el incendio más importante de los últimos tiempos. La frustración se apodera de quienes quieren estar en todos los focos para ayudar pero “es imposible”, relata a NIUS Julián Moreno, agente del Consorcio Provincial de Bomberos de Málaga. 29 años con el uniforme dan de experiencia batallas de todos los colores.

“La imagen es desoladora”, confiesa Julián cuando explica el daño ecológico que está causando el incendio. “Si no hacemos todo lo posible para atenuarlo no lo van a poder disfrutar nuestras generaciones venideras”, dice con tristeza. En mitad del caos, se emociona con sus compañeros cuando consiguen salvar Pinsapos: “Es una sensación muy especial y emotiva, porque todo el esfuerzo que estamos haciendo, merece la pena”.

Salvar un árbol de entre las llamas es un alivio para ellos. Sierra Bermeja tiene innumerables valores ecológicos, pero la joya de la corona es el pinsapar de Los Reales, entre Genalguacil, Estepona y Casares. Allí es donde decenas de efectivos del Infoca y del Consorcio se afanan sobre el terreno para contener las llamas en el paraje conocido como Barranco del Infierno para que no alcancen al núcleo principal de estos árboles únicos en el mundo.

“Si se pierde, perdemos algo con un valor incalculable”, asegura este bombero. Ahora descansa un rato para volver “al tajo”, el que espera que termine cuanto antes porque es “como una pesadilla, lo que estamos viendo es terrible”.