Cierra el Villa Rosa, el tablao más antiguo del mundo: "Miguel de Molina calentaba la voz en sus azulejos"
La crisis provocada por las restricciones de la pandemia le ha pasado factura
Madrid ha tratado de protegerlos decolándolos bien de interés general
La Asociación Nacional de Tablaos Flamencos de España celebra este jueves una concentración frente al Villa Rosa para reclamar medidas urgentes a favor del sector
El 14 de marzo de hace un año cerraron pensando que abrirían en seguida. Como pasó con otros muchos locales, los responsables del Villa Rosa (Plaza de Santa Ana, Madrid) no esperaban entonces que ese cierre iba a ser el definitivo. Pero lo ha sido. El Villa Rosa ya no aguanta más y anuncia su adiós. La crisis provocada por las restricciones de la pandemia deja a Madrid sin otro de sus tablaos de referencia. Esta vez se despide el más antiguo del mundo.
Cuenta la leyenda que el rey Alfonso XIII llegaba al Villa Rosa a través de pasadizos subterráneos secretos para que nadie le viera llegar. Que cuando cerraban por la noche, allá por los años 20, los señoritos disfrutaban de espectáculos privados. Que Hemingway lo frecuentaba y que Ava Gardner asistía acompañada del torero Dominguín. Si los azulejos que engalanan su entrada hablaran tendrían mucho que contar.
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Desde que allá por 1911 abriera como freiduría, bar de tapas y chatos el emblemático local ha pasado por muchas etapas: de bar a tablao, discoteca y tablao de nuevo. En Cien años de historia ha vivido de todo.
"Aquí se sabía cuando se entraba pero no cuando se salía", comenta divertido el bailaor y coreógrafo Jonatan Miró, su actual director artístico.
Explica Miró que cuando hace unos días volvió al local para recoger algunas cosas todo estaba como antes, pero ya nada era igual. Entro en la sala cerrada donde los vasos olvidados y el escenario con polvo delataban la ausencia y premura de la marcha. Y no se emocionó porque se había concienciado. Se lo veía venir, pero no puede evitar lamentar la perdida de un local referente. "Por aquí han pasado lo mejor y más conocido del flamenco, desde las figuras más renombradas de otra época a las actuales".
gio que el tablao empezó ha labrarse con fuerza hace un siglo cuando asumió la dirección de la sala el cantaor jerezano Antonio Chacón.
"Allá por 1921 Chacón trabajaba en Los Gabrieles, otro tablao emblemático, y se peleó con los dueños. Así que el dueño del Villa Rosa, Tomás Pajares le convenció para que se viniera. Cuando entró Chacón fue cuando empezó a ser frecuentado por los artistas más punteros de la época y se creó toda la mágica", cuenta Jonatan Miró.
Se comenta que en la noche de la inauguración se reunieron hasta 21 títulos nobiliarios dentro y que la cercana Plaza de Santa Ana estaba llena de coches blasonados. Aristócratas que alternaban con los artistas en la parte de arriba, y luego en la de abajo, disfrutaban de sus actuaciones.
La magia la apartaban personajes de la talla de la Niña de los Peines, Fosforito, Manuel Torre, Jacinto Almadén, Antonio Valdepeñas, Juan Gandulla "Habichuela", los hermanos Luís y Antonio Molina...
El éxito continuó tras el parón de la Guerra Civil. En posguerra contaron con las visitas de las personalidades del momento y las actuaciones de artistas como Fernanda de Utrera, Lola Flores, Imperio Argentina, Juanito Valderrama, Juan Varea, Miguel de Molina, Antonio Mairena, Antonio Arenas, José Antonio Díaz Fernández "Chaquetón"”, Pepe Marchena...
"Dicen que Miguel de Molina usaba los azulejos para calentar la voz. Se situaba enfrente de ellos cantándoles, porque los azulejos rebotan la voz", explica divertida Rebeca García, hasta ahora responsable de marketing del Villa Rosa, tras recordar que los azulejos de la entrada (obra de Antonio Romero en 1928), están protegidos por Patrimonio pero los que hay dentro del local no.
Al igual que Jonatan, Rebeca también se esperaba el cierre. "Da mucha penita verlo vacío y sin vida, pero tengo la esperanza de que vuelva a resurgir, que lo coja alguien que no quiera convertirlo en una franquicia. Ojalá lo alquilen para darle vida de nuevo", comenta García.
Devolverle a la vida que le dieron ellos cuando asumieron las riendas del local a principios del 2000. "Nos hicimos cargo cuando dejó de ser discoteca, ojalá que no vuelva a pasar, el Villa Rosa", medita con tristeza.
Lo cierto es que en los 80 el mítico local se transformó. Del flamenco pasó a la movida, se convirtió en una sala de fiestas donde trasnochar y dejarse ver. Tanto que hasta Pedro Almodóvar decidió rendirle homenaje rodando unas escenas de su película Tacones Lejanos Tacones Lejanos allí.
Pero de nuevo el flamenco llamó a su puerta gracias al empresario Jesús Rodríguez Cerezal. "Cuando llegó Jesús me llamó para que lo dirigiera, quería que volviera a ser el santuario del flamenco en Madrid y me dejó hacer", explica Miró.
Desde entonces ha estado 10 años al frente del tablao organizando espectáculos cada noche con los mejores artistas del momento. Una programación que se quedó parada el 14 de marzo de 2020 por culpa del coronavirus.
"Es una pena. Habíamos conseguido devolverle el prestigio nacional e internacional. Pero sin turistas es imposible. El público español está perdiendo la cultura del flamenco, también faltan ayudas", reflexiona compungido Miró.
Precisamente para reclamar esas ayudas, y ese apoyo, la Asociación Nacional de Tablaos Flamencos de España celebra este jueves una concentración frente al Villa Rosa para reclamar medidas urgentes a favor del sector. Además el próximo 9 de marzo tienen previsto reunirse con el Ministerio de Cultura el próximo 9 de marzo.
Apenas un 10% de los tablaos flamencos de España ha podido abrir sus puertas de forma esporádica desde que empezara la situación de alarma creada por la Covid-19, denuncian desde la Asociación tras mostrar su pesar por el cierre del Villa Rosa.
"Si las administraciones no actúan de inmediato y con decisión, esta parte fundamental de la identidad cultural de todos los españoles desaparecerá. Sin estas medidas, en los próximos meses veremos la muerte de otros tablaos, provocando un daño a nuestro patrimonio imposible de resarcir", explica Juanma del Rey, presidente de ANTFES.
El cierre de Villa Rosa, sigue el camino de otros míticos de la historia del flamenco como Casa Patas o Café de Chinitas. Todos echaron la persiana en marzo pensando que iban a abrir pronto. Y pocos han podido hacerlo. De los 93 locales que había en esa fecha, menos del 10% han abierto de forma limitada y esporádica. El resto sobrevive como puede, muchos piensan también en cerrar.